El 12 de diciembre de 1531 la Virgen de Guadalupe quedó plasmada en el ayate de Juan Diego, permaneciendo también incrustada en los corazones de todos los mexicanos. Sin embargo, gracias a la historia de esta aparición, las intercesiones que se le atribuyen a la Guadalupana y a los diversos estudios que se le han realizado a la imagen, la Virgen de Guadalupe es de las advocaciones reconocidas oficialmente por la Iglesia.
Esto ha permitido que a lo largo de todo el mundo sea conocida, pero mejor aún, ha logrado que sea venerada. Nuestra virgencita del Tepeyac ha acogido corazones de miles de personas de todas las nacionalidades sin importar raza, idioma, ni nación.
En México sin lugar a duda es el país en donde reina la alegría, la veneración y el amor a la Guadalupana. Y es que su imagen está presente en negocios, centros de trabajo, hospitales, escuelas, camiones, postales, desde luego que en Iglesias y hasta en cárceles. La confianza del mexicano en su madre es inigualable y única.
En todo el país la noche del 11 de diciembre miles de fieles se reúnen en las iglesias para recibir el 12 de diciembre cantándole a la morenita, llevándole serenata, lo cual es una tradición mexicana. Ahí bajo sus pies se entonan canciones que nos recuerdan lo magnífica que es nuestra madre, todos se unen en un mismo canto de amor hacia ella.
En el centro del país desde días anteriores millones de personas empiezan a peregrinar para el 12 de diciembre llegar a la Basílica de Guadalupe, que por cierto, es el segundo templo más visitado de todo el mundo tan solo después de la Basílica de San Pedro en Roma. En la plaza a las afueras de la Basílica, los matachines danzan con fervor y agradecimiento, los feligreses pasan por debajo de la imagen para darle un detalle o simplemente para quedarse maravillados ante su vibrante presencia. Importante destacar que allí, el Papa Juan Pablo II beatificó al indio Juan Diego el 6 de mayo de 1990.
El 12 de diciembre en todas las parroquias reparten comida, canta el mariachi y se congregan las familias para festejar a aquella que por amor a una nación entera se apareció dejando un mensaje de unión, entrega y paz.
Otras partes del mundo se unen a estos magnos festejos. En Estados Unidos en Los Ángeles, California miles de creyentes acuden a la Catedral de Nuestra Señora de Los Ángeles donde se encuentra la reliquia de la Tila para cantarle, danzarle y venerarle a la Virgen de Guadalupe.
En Nueva York la Catedral de San Patricio es la que recibe a los fieles que realizan ballet folclórico, cantan con mariachi y gritan con voces de amor ¡Viva la Guadalupana!
En Ohio hay una estatua de la morenita de 15 metros de altura que también recibe las mañanitas.
Por su parte Sudamérica también le tiene depositada su esperanza en la Virgen de Guadalupe, no por nada se le llama Emperatriz de América. Incluso algunos Papas le han dado diferentes nombres, el Papa Pío X proclamó a Nuestra Señora de Guadalupe “Patrona de toda la América Latina”; Pío XI, de “todas las Américas”; Pío XII la llamó “Emperatriz de las Américas”; y Juan XXIII, “La misionera celeste del Nuevo Mundo” y “la Madre de las Américas”.
Latinoamerica
Guatemala, Costa Rica, Puerto Rico, Perú, Venezuela, Colombia, Argentina y Chile son tan solo algunos de los que tienen una importante presencia por parte de la morenita del Tepeyac.
Europa
Europa desde luego que no queda atrás, tan sólo en el Vaticano el Papa Francisco, ofició una misa especial por la Virgen de Guadalupe la cual fue precedida por el rezo del Santo Rosario. También se entonó el canto de la JMJ 2019 que está dedicado a la Virgen y, al finalizar la acción de gracias, un grupo de niños mexicanos entonó el himno a la guadalupana.
La Catedral de Notre Dame en Francia llevó a cabo una misa por la aparición de la Virgen, los cantos fueron entonados por mariachis pero interpretados en italiano, definitivamente la Guadalupana nos une sin importar como.
La iglesia Votiva de Viena y la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe de Madrid, en España rinden culto de igual manera. Otras iglesias romanas se unen a la celebración como: la Basílica de San Nicola in Carcere, la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe en la colina más alta de Roma, Monte Mario, y la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe y San Felipe Mártir, sobre la Vía Aurelia Nuova.
Asia
Muchos pensarán que en uno de los continentes en donde hay menos católicos como lo es Asia, los festejos a la Virgen de Guadalupe no se hacen presentes. Pues no, en la Isla de Guam en el Pacifico y en Makati, Filipinas se le venera a la Guadalupana desde 1604. En Taiwán el número de católicos que empiezan a pedir la intercesión de la Virgen es cada vez más. De hecho, en la ciudad central de Taichung hace poco se consagró un templo a la advocación que tiene origen en México.
Esto es tan sólo un poco de lo que la Virgen de Guadalupe ha causado en todo el mundo, un revuelo impresionante, el consuelo que da de su manto, la paz que dan sus ojos, la confianza que dan sus brazos y el amor que derrama su presencia, son las principales causas por las que creemos y acudimos a ella. Que no nos cansemos de venerarla, de ir con ella, de mirar al cielo e imaginar su sonrisa tierna que nos anima a seguir en este camino difícil, que nunca se nos olviden sus palabras dirigidas a San Juan Diego, “¿No estoy yo aquí que soy tu madre?” sin importar en qué parte del planeta estemos.
“En la escuela de María aprendemos a estar en camino para llegar allí donde tenemos que estar, que no es otro sitio que al pie y de pie ante tantas vidas que han perdido o que les han robado la esperanza” (Papa Francisco, 12 de Diciembre, 2018).
