Son 3 los famosos secretos de Fátima, bueno, en realidad sólo es 1 en 3 partes: La primera y la segunda parte del «secreto» —que se publican por este orden por integridad de la documentación— se refieren sobre todo a la aterradora visión del infierno, la devoción al Corazón Inmaculado de María, la segunda guerra mundial y la previsión de los daños ingentes que Rusia, en su defección de la fe cristiana y en la adhesión al totalitarismo comunista, provocaría a la humanidad. (Tarcisio Bertone, SDB secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe) y pues el tercer y último secreto, publicado 83 años después de las apariciones de Fátima, fue una visión de un obispo vestido de blanco derribado en medio de los escombros de una ciudad en ruinas. La interpretación oficial del Vaticano, discutida con Sor Lucía antes de su publicación, se refirió a la persecución de los cristianos en el siglo XX y, específicamente, al atentado contra la vida de San Juan Pablo II en 1981.Pero bueno, ahora si vamos a lo que nos truje, lo anterior ha sido solo un pequeño breviario cultural.

Si nos ponemos a buscar en internet acerca de este tema, quizás nos topemos con las miles de especulaciones y dichos de lo visto anteriormente, pero hay que recordar que nuestra Santísima Madre lo único que quiere es el bienestar de sus hijos, por lo que ha intercedido en situaciones difíciles.

El primer milagro se produjo el 13 de octubre de 1917, ante miles de peregrinos que llegaron a Fátima (Portugal), se produjo el denominado “Milagro del sol”, en el que, luego de la última aparición de la Virgen María a los pastorcitos Jacinta, Francisco y Lucía, se pudo ver al sol temblar, en una especie de “danza”, según relataron los que estaban ahí.
Luego de una intensa lluvia, las oscuras nubes se abrieron y dejaron ver el sol, que según los testigos lucía como un suave disco de plata. Entonces, la luz del sol tomó diferentes colores y el sol pareció caer sobre las miles de personas, que se habían ya puesto de rodillas.

Además, hay incontables historias donde Nuestro Señor a través de le intercesión de nuestra Madre, ha ayudado a muchas personas a encontrar la salud. Una de las primeras curaciones fue la de Joaquim Duarte Oliveira, que vivia en Lisboa, enfermó de cáncer y guardó cama durante años. Había seguido todos los tratamientos posibles de los mejores especialistas de Portugal, pero no sirvió de nada. La esposa, como último recurso, en octubre de 1927, se encomendó a la Virgen de Fátima, a la que hizo una promesa. Sobre la almohada del enfermo, dejó un ejemplar de Voz de Fátima, y comenzó a leerla. Con la lectura sintió crecer la fe y la esperanza en la Virgen. Inesperadamente, comenzó a orar a la Virgen de Fátima para que lo curase. En ese preciso instante se sintió transformado interiormente y totalmente curado: al día siguiente hizo su vida normal. Un mes después acudió con la familia a Fátima para agradecérselo a la Virgen.

Así como la historia anterior podríamos mencionar miles, pero a mi en lo personal me gusta recordar uno en particular, era una niña que había nacido prematura el 5 de diciembre de 2001 en la ciudad de Monterrey, se encontraba delicada de salud y los doctores no le daban ni un mes de vida, fue cuando su mamá María Cristina Santana, la consagró a la virgen de Fátima, al poco tiempo la niña, quien lleva el nombre de Fátima salió del hospital en excelentes condiciones de salud. Un día cuando la bebita ya había crecido, acompañó a su madre a un templo en donde se encontraba una imagen de la Virgen de Fátima y la pequeña le dice a su mamá, mira mamá ella es mi amiga. La ahora adolescente se encuentra cursando la preparatoria y después de un trágico diagnóstico inicial, por intercesión de nuestra Señora, es que podemos gozar de la presencia de Fátima con nosotros, esto lo platico porque tengo la dicha de conocer a estas personas, y así como ella fue sanada por su intercesión, sé que si tu tienes algún problema ya sea de salud, o emocional, como verdadera madre intercederá por ti, encomiéndate a ella.

Aquí una oración

Oh Nuestra Señora de Fátima, dulcísima Virgen María,
venerada y aclamada en todo el mundo,
que nos dejaste tus mensajes de paz y salvación,
y nos pediste que fuéramos fieles a los Mandato Divinos,
ayúdanos a ser mejores
y a llegar al conocimiento y amor de Jesucristo.

 Reina del Rosario y Madre Clemente,
estoy ante ti Virgen mía, porque no te olvido,
estoy aquí Madre porque quiero tenerte presente en mi vida
y acudo a tu amantísimo Corazón lleno de compasión
para que me consigas el alivio para mis necesidades. 

Tú que a través de tu Sagrada Imagen 
derramas tus misericordias maternales
a favor de todos los afligidos, doloridos y enfermos
y de los que suplicamos por los pesares de nuestras vidas; 
Tú que siempre tienes el oído bien dispuesto para escucharnos
y con tu tierna mirada allanas nuestros caminos,
te quiero pedir que me acompañes con tu fuerza y tu poder
me asistas con tu noble y sencillo corazón lleno de amor
y me bendigas con tus manos siempre abiertas a dar.

Hoy acudo a ti Virgen milagrosísima de Fátima 
porque confío plenamente en tus bondades
pues Tu eres la gran esperanza de los apenados,
y lanzo mi mirada al Cielo porque necesito tu ayuda.
Yo tengo una esperanza sin límites
 en la bondad y misericordia del Todopoderoso,
y la certeza que si Tú eres mi intercesora
mis suplicas llegaran a tu amado hijo Jesús, y de él al Padre
y poder conseguir lo que ahora desesperadamente preciso
 para salir de mis graves y urgentes problemas.

Ante Ti pongo todas mis preocupaciones,
y te ruego con todo el fervor de mi corazón
 que obtengas para mí las gracias que te pido:

(pedir con gran el favor especial que se desea conseguir).

 Oh dulcísima reina del mundo,
oh blanca y peregrina Señora del Rosario,
universal mediadora entre Dios y nosotros, 
yo, sabiendo que tu consigues de Él lo que solicitas,
te ruego me ayudes en mis desesperadas peticiones,
me abandono en tus amorosos brazos,
recíbeme, como hijo, en tu maternal regazo,
y no me desampares ahora y nunca.

Madre llena nuestras vidas, nuestros hogares,
de aquello que nos sea útil para la vida presente 
y para la vida eterna,
y haz que sepamos comprender
tu bendito mensaje de amor y de misericordia,
que lo abracemos y que lo practiquemos siempre con fervor;
y así sea Tu Corazón nuestro refugio,
nuestro consuelo y el sendero que nos conduzca
 al amor y a la unión con tu Hijo Jesús. 
Amén
Rezar la Salve, Padrenuestro, Avemaría y Gloria. 


¿Te gustó? ¡Comparte con tus amigos!

AnaMorales

Soy Ana Laura y me encanta servir a Dios. Cuando mi mamá me llevó a fuerza al grupo de adolescentes, iba enojada. Pronto me di cuenta que ese era mi lugar favorito. Crecí rodeada del amor de mis padres, mis hermanos, mis primos y mis amigos. Me apasionan las artes, soy arquitecta de profesión y músico de Dios por decision.

Comments

comments