Una tradición que tiene sus raíces desde las épocas precolombinas y que hoy en día son tan famosas y populares que hace que miles de turistas quieran llegar a conocer esta tradición nacional.

Y es que realmente la película “Coco” ha llevado esta tradición a muchos hogares latinoamericanos y no dejan de existir dudas y preguntas con respecto a tan hermosa fiesta y las dudas de sus orígenes cristianos

Una vida después de la muerte física

Cabe rescatar que la fiesta es muy anterior a la llegada del cristianismo a América, pero aun así es una fiesta cuyo fin es el mismo que en el cristianismo: Una vida después de la muerte. Y es que los antepasados precolombinos honraban altamente los espíritus de todos aquellos seres que se encuentran en una “vida espiritual” y este mismo punto es el que hoy en día se celebra en el día de los difuntos y es la base de la fe cristiana, una vida después de la muerte física.

Si vale la pena traer el recuerdo de las memorias de todos aquellos que han fallecido y a quienes tanto amamos, valorar una vida cristiana para el día de nuestro paso, poder ser parte de esta fiesta espiritual y sobre todo tener presente que no es más que una fiesta y no un día de rendir tributo a la “Santa Muerte” la cual si es un acto que cae en lo idolátrico.

La mayoría de altares del día de muertos son altares adornados con símbolos cristianos, símbolos que nos hacen sentir identificados con nuestra fe católica y muchas veces van acompañados de rezos, imágenes y fervor por el don de la fe.
Es una fiesta que si bien dista de ser un culto idolátrico y hereje, puede ser que esté en una línea muy delgada y que la confusión pueda llevar a fieles a caer en estos actos sacrilégicos.

Una comunión con los santos

Recordemos que nuestra fe cristiana nos invita a una comunión con los santos, la cual es una comunión que vivimos en cada una de nuestras celebraciones litúrgicas, así que esta reverencia a la muerte más que ser una identidad mexicana, una fiesta tan propia, es también una fiesta apegada a nuestra fe católica.

Así que sintámonos orgullosos de celebrar esta fiesta con el mismo amor que lo hemos hecho, recordando la memoria de nuestros seres querido, orar a Dios por el perdón de sus pecados y la salvación de sus almas y mejorar nuestra fe para gozar del reino que nos ha sido prometido.


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Alonso Ramírez

Alonso es ingeniero mecánico, es nuestro único escritor costarricense, proviene de Cartago y ahí es servidor y formador en la Basílica de Nuestra Señora de los Ángeles. Es amante de la historia de la Iglesia principalmente en los estudios de nuestros primeros padres, fanático seguidor de San Agustín y Santo Tomás de Aquino.

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