Y con justa razón, puesto que es nuestra encomienda llevar el Evangelio a todo lugar, y en Semana Santa es la semana donde vivimos y celebramos los acontecimientos más importantes de nuestra fe, lo que le da sentido y la sostiene.

Pero quizás tú, como muchas personas no sales de misiones a algún pueblo lejano, sin embargo, hoy quiero recordarte que no es necesario ir muy lejos para compartir la luz de Jesús con los demás.

En México tenemos un refrán muy conocido que dice: “Candil de la calle y oscuridad de su casa.”
Este dicho nos deja una valiosa lección, ya que puede haber personas que son muy buenas para llevar la luz fuera de sus casas, pero en su propia casa son oscuridad.

No puede pasarnos así a los que nos decimos cristianos, como nos enseña Jesús, “Nadie enciende una luz para esconderla debajo de un cajón, sino que se pone en alto en un candelabro para que pueda iluminar a toda la casa” (Mateo 5,15) especialmente en nuestra propia casa, aunque a veces eso nos cueste más trabajo.

Siempre estamos a tiempo para empezar a compartir la luz de Jesús en nuestra propia casa así que aquí te dejo estos consejos sencillos y concretos para irte de misiones en tu propia casa:

Ayudar a los demás

Siempre hay alguna tarea en la casa con la cual podemos ayudar, ya sea lavar los trastes, regar las plantas, sacar las basuras o hasta bañar a nuestra mascota.

Claro que me refiero a tareas extras, no a las que ya nos corresponden a nosotros. Estoy seguro que si un día lavas el carro de tu hermano o de tu mamá sin que te lo pidan, será una grata sorpresa.
Por último cuando alguien se encuentra enfermo en tu familia, es una especial oportunidad para ponerte a su servicio y ayudarlos comprando sus medicinas o simplemente a ayudándolo a sobrellevar su enfermedad.

Bendecir los Alimentos

Un excelente momento para mostrar y vivir la fe es la hora de los alimentos, así que en un breve momento puedes agradecer a Dios con toda tu familia por el pan que hay en tu mesa, puedes ayudarte de alguna oración o hacer una de tu propia inspiración.

Conversar, especialmente en la mesa.

¡Qué momento tan especial para compartir con tu familia!
La Hora de los alimentos es una excelente oportunidad para platicar con ellos, saber qué les preocupa, preguntar por ese proyecto nuevo que iniciaron, o comentar sobre esa película que acaban de ver.
Quiero hacer especial énfasis en que tu celular puede ser un gran distractor para esto, por lo que te recomiendo lo guardes o procures no utilizarlo al menos en estos momentos.

Buscar la Reconciliación

En ocasiones las relaciones se lastiman y hay que reparar los lazos afectados, sé que esto puede ser en ocasiones muy difícil, pero el Señor nos pide que primero nos reconciliemos con nuestro hermano antes de ir a darle una ofrenda a Él, busca pedir perdón y perdonar para reestablecer la relación, y si te cuesta trabajo, a veces una carta hacia esa persona puede ser un muy buen primer paso.

Una Cita Especial

Qué mejor forma que compartir el tiempo con tu familia, busca hacer una cita especial, puede ser en familia o en lo personal con alguien de tu familia, por ejemplo: ir a caminar con tu mamá al parque, o ver junto con tu hermana esa serie que a ambos les encanta; y si fuera en familia, qué mejor que organizar una tarde de juegos de mesa o salir por una nieve.

Al conversar, mostrar Interés y compartir experiencias

Cuando platiques con tu familia siempre busca interesarte por ellos y sus experiencias, ellos notarán ese interés que deja ver tu preocupación por ellos y el amor por ellos.

Además en estos momentos de plática, tienes la oportunidad de compartir esa experiencia de Dios, por ejemplo, eso que tanto te impactó de tu último retiro, o esa frase matona que dijo el padre en la homilía y que te cayó como anillo al dedo.

Rezar juntos

Qué excelente propuesta sería que los invitaras a rezar el rosario cada miércoles o simplemente un Padrenuestro, quizá no siempre acepten pero si eres perseverante verás que en algún momento se unirán y podrán compartir juntos esa bendición. Si no es un rezo pueden leer la Biblia y compartir sus reflexiones del evangelio de ese dia.

Mensajito Sorpresa

Qué increíble sería sorprender a tu papá con una cartita un día cualquiera, diciéndole que le agradeces por su esfuerzo y todo lo que hace por ustedes, que lo quieres mucho y además de la sorpresa, agregar una cita bíblica a ese mensajito sorpresa. Así de sencillo puedes ser llevar la buena nueva de Jesús.

Celebrar la Eucaristía juntos

Qué mejor ocasión que compartir la Santa Misa juntos, si tu familia no acostumbra asistir, invítalos, si acostumbran asistir, qué mejor que coordinarse para asistir juntos.

Donar cosas entre todos

De vez en cuando, organiza que tu familia vea que puede compartir con los mas necesitados, ya sea armar una despensa para alguien o sacar la ropa que pueden donar para alguien mas.
Si nosotros lo hacemos, ¡Muy bien! Si lo hace toda la familia ¡Excelente!

Predicar con el ejemplo y con alegría

Lo que nunca debe faltar es un ejemplo congruente de nuestra vida, especialmente con nuestra familia, que es donde a veces se vuelve difícil. Poder brindar esa sonrisa cuando estamos cansados, la ayuda cuando se requiere, ser paciente con los defectos de los demás, saber reconocer nuestros errores y poder pedir perdón si hemos ofendido. Se dice fácil pero no siempre lo es.

¡Además esto hay que hacerlo con alegría! No como si fuera una obligación que se nos impone, esa alegría es la que más atrae a las personas hacia Dios, porque es un reflejo auténtico de que algo diferente (o mas bien alguien) tiene esa persona que irradia paz, alegría y gozo.

Tip Extra: Orar por tu familia

Que ilógico sería que no estuvieran en nuestras oraciones nuestros familiares, siempre recuérdalos en tus oraciones, pide por sus necesidades, por su conversión, agradece por ellos y por su vida.

Creo que con estos podemos empezar a ir misionando en nuestra propia casa, espero te sean de utilidad. ¡Ánimo y adelante misionero!, que siempre hay oportunidad de seguir compartiendo la luz de Jesucristo incluso en nuestro hogar.
¡Dios te bendiga!


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Iván Castillo

Ama a Dios y la Vida, su Familia y Amigos, la Música el Deporte y la Aventura, Aprender, Reír, Bailar y Viajar. Es un siervo de Dios apasionado por los jóvenes, Predicador y Formador de nuevos evangelizadores, Coordinador de Grupos Juveniles, Misionero, Ingeniero y quizá hasta escritor. Desde hace años está Casado con Jesús… Oseas 2,18.

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