Tomado de: Apoyemos al pato Azul

La Celebración Eucarística es una fiesta de la familia de Dios, y como en toda familia, todos los miembros son diferentes, porque así nos creó Dios Padre.

A un niño con autismo se le dificulta permanecer tranquilo, guardar silencio, y comprender los signos de la liturgia; sin embargo podrá percibir que es un momento especial, si es formado religiosamente con constancia.

Tanto el Sacerdote, como la familia y los demás fieles, deben ser comprensivos, y reconocer en el niño, a un hijo amado por Dios que necesita apoyo para desarrollar su vida espiritual. Nadie es ajeno a esta situación, y si todos participan de manera positiva, la ofrenda presentada a Dios será aún más agradable.

Si ves que un niño en misa:

  • Está inquieto
  • Golpetea una banca, se lastima a sí mismo, se mece, ejecuta un movimiento repetitivo
  • Repite en voz alta una palabra fuera de contexto
  • No fija la mirada
  • Se muestra indiferente o irritable, probablemente tenga autismo, pero eso no significa que no necesite a Dios.

En un momento tan solemne como lo es la Sagrada Eucaristía, se requiere silencio y respeto porque estamos viviendo la más hermosa oración; pero recordemos que antes que ser un momento de riguroso silencio, es un momento de riguroso amor, en el que por la fe, sabemos que Jesús está presente en forma de pan y vino, tan presente como lo están los demás hijos creados por Dios con sus peculiares diferencias.

Merece el altar un santo respeto, y merece cada uno de nuestros hermanos un respeto a su dignidad.

El amor es lo que hará esta experiencia verdaderamente transformadora.

Es por eso que hacemos las siguientes sugerencias tanto para las familias de niños con autismo, como para los fieles que no conocen sobre este tema.

SUEGERENCIAS PARA LAS FAMILIAS DE NIÑOS CON AUTISMO

– Asistan a misas que sean especiales para niños
– Procuren sentarse cerca de una puerta por si es necesario salir
– Lleven una formación religiosa constante en casa
– No desistan, aunque pasen años.

SUGERENCIAS PARA LOS FIELES

  • Mira con amor y no con desprecio
  • Esfuérzate por no perder la concentración
  • Muéstrate amable y no indiferente
  • Ora e intercede para que los niños y su familiares en medio de sus difíciles retos, fortalezcan su fe
  • Evita recomendaciones
  • Sólo vive el momento religiosamente.
  • Preocúpate por conocer más sobre el tema, y la manera en que puedes apoyar.

La constancia es indispensable para que el niño con autismo pueda subir su nivel de tolerancia. La estructura de la liturgia, facilita que el niño vaya reconociendo cada momento, aunque se encuentre en un templo diferente.

El autismo exige amor, sacrificio y entrega… el autismo santifica a toda una familia, pero ese sacrificio debe de llevarse hasta el altar para unirse con la sangre de Cristo.

Que las puertas de los templos y las puertas de los corazones de cada uno de los fieles permanezcan abiertas para todos nuestros hermanos.

Tomado de:  https://www.facebook.com/291353551368135/photos/a.349469565556533.1073741829.291353551368135/389229591580530/


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Luis Horacio

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