La grandeza de los santos reside en hacer de las cosas ordinarias algo extraordinario, todos son ejemplos y todos nos muestran cómo la santidad es estar preparado tanto para lo mínimo como para lo máximo dado que la respuesta a Cristo es auténtica.

Un mártir oriundo de Japón

Un ejemplo claro de esto es San Pablo Miki, un mártir oriundo de Japón, donde la misión en sus inicios hasta el día de hoy ha ido evolucionando y adaptándose pero no ha dejado de caracterizarse como compleja y exigente por el rechazo que se le ha dado desde sus inicios.

En el año 1597 el emperador Toyotomi Hideyoshi ordenó que todos los misioneros católicos debían abandonar Japón en el término de seis meses. Pero los misioneros, en lugar de huir del país, lo que hicieron fue esconderse, para poder seguir ayudando a los cristianos. Fueron descubiertos y martirizados brutalmente. Los que murieron en este día en Nagasaki fueron 26. Tres jesuitas (San Pablo Miki), seis franciscanos y 16 laicos católicos japoneses, que eran catequistas y se habían hecho terciarios franciscanos.

Todo reto está ligado a los frutos, afrontar los retos es arrancar el fruto que está maduro y mostrarlo al mundo.

A los 26 católicos les cortaron la oreja izquierda, y así ensangrentados fueron llevados en pleno invierno a pie, de pueblo en pueblo (alrededor de 6 millas), durante un mes, para escarmentar y atemorizar a todos los que quisieran hacerse cristianos.

Al llegar a Nagasaki les permitieron confesarse con los sacerdotes, y luego los crucificaron, atándolos a las cruces con cuerdas y cadenas en piernas y brazos y sujetándolos al madero con una argolla de hierro al cuello. Entre una cruz y otra había la distancia de un metro y medio.

Antes de morir algunos alababan a Dios, otros recitaban salmos y San Pablo Miki predicaba lo siguiente:

“Llegado a este momento final de mi existencia en la tierra, seguramente que ninguno de ustedes va a creer que me voy a atrever a decir lo que no es cierto. Les declaro pues, que el mejor camino para conseguir la salvación es pertenecer a la religión cristiana, ser católico. Y como mi Señor Jesucristo me enseñó con sus palabras y sus buenos ejemplos a perdonar a los que nos han ofendido, yo declaro que perdono al jefe de la nación que dio la orden de crucificarnos, y a todos los que han contribuido a nuestro martirio, y les recomiendo que ojalá se hagan instruir en nuestra santa religión y se hagan bautizar”.

Hacer de lo ordinario algo extraordinario

Este suceso me hace pensar en el camino que tomó Jesucristo hacia el calvario y la conversión de quienes al observarlo se conviertieron, como Simon de Cirene o como la Verónica que limpió el rostro de Cristo o María, su madre, que lo acompañó en todo momento.

En la historia de San Pablo Miki no se saben sus nombres, mas no se descarta la admiración y fe que se renovaba al estar en la crucifixión, por el testimonio viviente de él y de sus otros 25 compañeros sacerdotes y laicos entregados a la predicación del evangelio.


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Davidtarin

David es psicólogo, le gusta gusta bailar e ir al cine, pero sobretodo es fan de Dragon Ball. Ser misionero es esencial en su vida, le gusta estar con la gente y poder aportar y compartir lo que Dios le ha regalado. siente que el sentido de su vida esta en ayudar a otros a encontrar el sentido de su vida, encontrar a Cristo en los ojos del prójimo es su misión por lo que le encanta conocer y platicar con la gente.

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