A todos los católicos comprometidos con nuestra fe, al menos en una ocasión, nos ha llegado a pasar por la mente alguna de estas preguntas:
¿Cuál es mi vocación?, ¿Qué es lo que Dios quiere de mí?, ¿Dónde le seré de más utilidad a Dios?

Y no es para nada desacertado pensar que muchas noches es algo que nos ha quitado el sueño. Todos de alguna u otra manera queremos “corresponderle”, lo pongo entrecomillas ya que no es comparable lo que nosotros queremos hacer por Él a lo que Él hace por y en nosotros. A continuación te comparto algo sobre mi testimonio:

Sentí el llamado a servirle a Dios

Cuando yo aún no era mayor de edad, sentí una necesidad bastante fuerte de saber dónde me quería Dios. Sucedió precisamente en un retiro del grupo juvenil donde decidí entrar al seminario franciscano. Fue un poco difícil, ya que era en otro estado y tuve que hacer un esfuerzo aún más grande. Aún así, en búsqueda del lugar en donde sentía que le sería de provecho a Dios me despedí de mis seres queridos para no volverlos a ver en bastante tiempo, (ya que era convento de clausura). Ya estando dentro, mi vida fue súper enriquecedora: misas diarias, rezos, lectura espiritual, actos piadosos… Mi único pensamiento era Él.

Uno de mis hermanos cuestionó conmigo su estadía dentro del seminario, me decía que realmente no existía un indicador para saber si realmente esa era su vocación. El tema era más común que los frijoles en la comida diaria, (ya que en México el 97% de las comidas contienen frijoles, dato estadístico sacado del inegi de los frijoles, broma haha). Era algo que estaba muy presente en cada una de nuestras acciones como seminaristas. Una carga bastante pesada ya que quería ser sacerdote, para entregarme de la manera más pura y completa que creía que existía.

Unos días después comencé a leer sobre San Agustín, me topé con una frase que hizo retumbar mi corazón tanto como mi razón: “ahí donde tu corazón arda con fervor, ahí es tu vocación”.

Aprendía mucho, pero me faltaba algo

Sí, dentro del seminario estaba creciendo tanto en doctrina como en espiritualidad de una manera exorbitante, sin embargo, no sentía que mi corazón ardiera con intensidad. Todos los días recordaba lo que era predicar, dirigir ministerios, organizar retiros, aconsejar a mis hijos espirituales, (donde estaba eran 8 años en claustro, sin uso de celular y donde solamente un día al mes tenía libre para salir).

Debido a eso y otras situaciones, decidí salirme del seminario y volver a mi tierra natal para seguir buscando donde mi corazón ardiera. Algunos años (bastantes) después empecé a trabajar en un colegio católico primeramente como docente y luego como encargado de la pastoral (todo lo religioso, desde sacramentos para los alumnos, hasta retiros para los docentes). Fue ahí donde comencé a sentir que mi corazón ardía tremendamente.

Perdí de vista los dones que Dios me dio

Ahí comprendí algo de lo que quería Dios para mí desde hace mucho tiempo y por estar tan concentrado en buscar la vocación y en dónde poder servirle, dejé de lado los talentos que Él ya me había brindado para trabajar. Me recuerda mucho a San Juan De la Cruz donde habla de intentar no querer nada para poder disfrutarlo TODO, ya que al anhelar algo estamos acortando nuestra vista y no vemos todo el panorama, ¡toda la bendición!

¿Cuántas veces no te ha pasado eso? Queriendo servirlo a Él en tantos lados o formas, cuando Él sembró en nosotros las herramientas para trabajar nuestra vocación desde hace mucho tiempo.
Cuando nosotros hacemos uso de esas herramientas (dones, talentos, virtudes) estamos haciendo lo que Él quiere de nosotros y si hacemos eso, todo lo demás vendrá por añadidura (si, también tu vocación) así como dice en su evangelio. Entonces te exhorto a esto hermano/a: dedícate a buscar en donde tu corazón arda con fervor y si es que ya estás ahí… ¡Bendición tremenda que tienes!

Ya encontré lo que enciende a mi corazón

Y también en el proceso descubrí cual vocación ya no es para mí, 8 años de mi vida invertidos en este simple y sencillo cuestionamiento… una ganga ¿no?

Por Daniel Olvera


¿Te gustó? ¡Comparte con tus amigos!

496 shares
Redaccion

Comments

comments