1. El amor a su vocación

¿De qué tamaño es tu vocación? ¿Qué tan grande es el amor por tus ideales y convicciones? Si has leído sobre San Pedro de Jesús Maldonado Lucero, sabrás que su vocación era su vida, pues tenía un inmenso amor al sacerdocio y al pueblo sacerdotal que Cristo por amor lo llamó a atender. La vocación es el estilo de vida que Dios pensó para ti ¿ya descubriste que es lo que tiene preparado para ti? ¿Has trabajado por vivirla a plenitud?

2. Estaba convencido de su misión

Este gran hombre logró mantenerse firme en la adversidad. Llamado por Cristo, decidió dar el todo por el todo por llevar la palabra de Dios a cada rincón que visitaba, sin importar nada, más que ser ese espejo de la misericordia de Cristo. Dejó un testimonio que aún recordamos. Fue un hombre que nos enseñó el Amor a Cristo y por María. ¿Y tú? ¿Ya sabes cuál es tu misión? ¿Estás decidido a caminar en esa dirección?

3. Fue congruente

El Santo Chihuahuense, fue un fiel creyente de las obras de Dios y así lo expresó con su vida y testimonio. Fue muy querido por aquellos que tuvieron la dicha de vivir cercanos a el. Esto lo admiro muchísimo, me pone a pensar en qué estoy haciendo yo por quienes me rodean, quiero saber si hago lo suficiente por mi comunidad. Pedro es recordado por sus compañeros seminaristas como: alegre, amigable, amable. Por tener un comportamiento ejemplar y ser dedicado en sus estudios. ¿Cómo crees que te recordarían a ti si te fueras hoy a casa del Padre?

4. Vivió para servir

A pesar de la situación política que se vivía en México, prestó sus servicios en Santa Isabel, Chihuahua. Reunió de nuevo a grupos que se habían extinguido y fundó nuevos grupos apostólicos. Además, revivió el amor a Cristo Sacramentado en la parroquia. ¿Qué estás haciendo hoy por quienes más necesitan de Dios? ¿Qué plan tienes para llevar hoy a Dios a quienes te rodean? ¿Un abrazo, una sonrisa, una mirada?

5. Entregó su vida a Dios

En 1924 se desató la Guerra Cristera en México, debido a la persecución Cristiana. Así como lo escuchas, en México era prohibido ser Católico y si no negabas a Cristo, eras condenado a muerte. En 1929 se hizo un acuerdo donde ya no se perseguiría más, a cambio de los nombres de las cabecillas. Esto simplemente fue para destruir al ejército cristero, ya que en 1937 San Pedro de Jesús Maldonado, como seguro sabrás, fue ejecutado por ser católico.

Antes de ser ejecutado, caminó descalzo por las calles del pueblo, fue golpeado y humillado. Cuando su cuerpo se desvaneció al recibir el disparo en la cabeza, se abrió el relicario que cargaba, su verdugo, agresivamente le dijo: “cómetelo” cumpliéndose así uno de sus más grandes deseos, de comulgar antes de morir.

Su muerte fue cruel y las humillaciones hechas a su persona fueron perversas. Basta leer las narraciones de este triste y doloroso episodio de la historia de México, para darnos cuenta de lo grandioso que era su amor, que llevó al extremo de ofrecer su vida a Dios. Este texto es en memoria de un hombre ejemplar, un cristiano comprometido y un hijo de Dios que entendió a la perfección el servicio y el amor con el que Jesús amó a los suyos.

¿Qué admiras tu de San Pedro de Jesús Maldonado? ¿Qué consejos le pedirías si lo pudieras ver? Cuéntanos en los comentarios.

Por: Ramón Rodríguez Chaires


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