¡Qué tal! Espero que estés muy bien. Yo estoy muy feliz de poder escribir hoy sobre mi Santo favorito. La verdad es que 5 razones son muy pocas, pero creo que tener un límite me ayudará para concretar mis ideas y poderte transmitir de mejor forma mi admiración y amor por San Francisco. Acompáñame en este pequeño viaje.

Admiro a San Francisco por las siguientes razones:

1. Por su desprendimiento

No sé si conoces un poco de la historia de San Francisco, pero rápido te cuento. El papá de San Francisco, Pietro de Bernardone, era un importante comerciante, vendían telas preciosísimas de mucho valor. Su mamá, Pica de Burlemont, una mujer amorosa mujer dedicada a su familia y al hogar. De acuerdo a la época eran una familia acomodada.

San Francisco cayó en cama y para muchos empezó a comportarse “como demente”, estaba teniendo un encuentro con Dios. Luego empezó a caminar por las calles pintorescas de Asís y se encontró con su papá, quien estaba preocupado por su conducta, Pietro le pidió recapacitar, entonces Francisco se despojó de sus vestiduras, quedando completamente desnudo, por supuesto que Pietro se alarmó y molesto lo exilió de la familia.

Así, sin tener nada, absolutamente nada, San Francisco fue a refugiarse con Jesús, quien ya tenía un plan magnífico para el.

2. Por su amor a los pobres

Como en el tiempo de Jesús, también en Asís había muchas personas que padecían lepra, muchas de ellos vagaban por las calles del pueblo y San Francisco se encontró con un hombre con lepra en la salida. ¿Qué harías tu ante tal situación? ¿hay algo que en particular te desagrade? Pues bueno, aunque eran personas y merecían todo el respeto, en esos tiempos se pensaba que era un castigo divino, entonces la sociedad no convivía con ellos.

Para San Francisco, que apenas empezaba su camino de conversión, era repugnante, sin embargo, contra todo lo que su mente le pedía hacer, se acercó a el y lo besó en la mejilla, sinceramente en este acto veo la mano de Dios en su totalidad, porque Francisco no se dejó llevar por sí mismo sino por Dios y el plan que tenía para el.

3. Por su entrega a Dios

San Francisco en su caminar conoció a una bondadosa y hermosa mujer llamada Clara; quien fue luego fundadora de las Clarisas Capuchinas. Clara admiraba enormemente a Francisco por su entrega a Dios, empezaban a construir una amistad, Francisco empezaba a formar la orden de Franciscanos y Clara quería vivir en esa espiritualidad de pobreza, sin embargo Francisco admitió que le sería muy difícil convivir con ella, por la tentación, desde entonces sólo se escribían y no volvieron a verse.

Suena muy dramático probablemente, pero creo que nos puede parecer muy fácil la vida de un religioso, religiosa o sacerdote, pero en realidad vivir sus votos es una tarea complicadísima, muchos desafortunadamente caen en tentación una y otra vez, pues su humanidad los sobrepasa, en cambio hay muchos otros que día con día luchan y perseveran en su vocación y salvación, como San Francisco lo hizo.

4. Por su perseverancia

Los tiempos en los que Francisco proclamaba la pobreza como un carisma no concordaba con lo que la Iglesia vivía en esos tiempos: la Iglesia era corrupta. Francisco emprendió el viaje a Roma para pedir autorización al entonces Papa Inocencio III, ya que muchos grupos religiosos se fundaban sin autorización y eran considerados herejes. El Papa le concedió permiso para predicar y lo ordenó diácono.

Posteriormente más personas se empezaron a unir y se formó la orden religiosa varonil y posteriormente la femenil encabezada por Clara.

5. Por su humildad

San Francisco fue un parteaguas en su tiempo, fue una barricada de agua helada para la Iglesia, sin embargo no se jactó de la situación como suya. Vivió su vocación con humildad, fue ordenado diácono, no fue ordenado sacerdote porque no se consideraba digno de tocar la eucaristía.

Además de todo, fue uno de los santos a los que le fue concedido recibir los estigmas de Jesús en 1224 que es un privilegio pero es muy doloroso, para entonces ya padecía de ceguera pero nada de esto fue un impedimento sino un impulso en su espiritualidad y amor a Dios. Por su humildad es conocido también como “el pobre de Asís”.

Como dato extra te comparto que San Francisco tenía una conexión grandísima con la naturaleza y adoraba a Dios a través de ella, por lo cual también lo admiro muchísimo.

Encomendemos nuestras peticiones a San Francisco. Fue para mi un placer compartirte hoy mi amor hacia el a través de este texto, si tu, como yo admiras a este grandioso santo cuéntame tu experiencia con el y lo que más admiras.

Gracias por quedarte hasta el final, te mando un fuerte abrazo, paz y bien.


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Adeth Limas

Licenciada en Comunicación y Medios Digitales y se especializa en publicidad. Colaboró como coordinadora en algunos grupos juveniles parroquiales y pertenece a la mesa directiva de Jóvenes Líderes Defensores de la vida A.C.

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