Pero cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los ángeles con El, entonces se sentará en el trono de su gloria; y serán reunidas delante de El todas las naciones; y separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: “Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.  “Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recibisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.” Entonces los justos le responderán, diciendo: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer, o sediento, y te dimos de beber? 
“¿Y cuándo te vimos como forastero, y te recibimos, o desnudo, y te vestimos? 
“¿Y cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?”  Respondiendo el Rey, les dirá: “En verdad os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos hermanos míos, aun a los más pequeños, a mí lo hicisteis.” Mateo 25,31

Me gustó comenzar este texto con esta cita bíblica (una de mis favoritas) porque genera un gran impacto en mí, el saber que en ningún momento he estado sola, y si no me ha faltado comida, bebida, techo, salud y amistades es por obra de Dios … les contaré un poco de mi historia: soy maestra, apenas a la mitad de mi segundo año de servicio, por azares de la profesión he tenido que vivir lejos de casa de mis papás en dos ocasiones, rentando departamento, casa, con familiares, con amigos, con desconocidos y sola.

Toda esta aventura me ha llevado a aprender muchas cosas, algunas lecciones por las buenas, otras por las no tan buenas y otras de plano por las malas, realmente uno no escoge el estar lejos de su familia pero cuando tienes que hacerlo hay ocasiones que las adversidades te demuestran que Dios está presente en cualquier lugar y momento.

Recuerdo que al tener problemas económicos nunca me faltó quien me ofreciera un plato de comida caliente, al estar perdida en una ciudad extraña hubo quien me mostró el camino a seguir, al necesitar ayuda y consejo Dios mandó a sus ángeles a mi rescate sin importar si me conocían mucho o poco, al estar enferma me dieron remedios caseros, medicamento, visita e incluso seguimiento para salir adelante, al faltarme transporte me movieron y se preocuparon por mi bienestar.

En todos estos momentos, sólo puedo pensar en que Dios hizo su obra a través de estas personas que aún sin tener que hacerlo fueron caritativos conmigo.

Y desde entonces, aparte de aprender más respecto a mí profesión a través de mi práctica, voy aprendiendo más también acerca del bien, acerca de ser mejor persona y ayudar a quien lo necesita así como me han ayudado a mí, el ser amable y el tener presente siempre que una obra de caridad no es algo del otro mundo sino algo que realmente venga del corazón y que ayude a la otra persona “dar de comer”, “vestir”, “hospedar”, “visitar” y “acudir”.

Así pues tú también puedes ponerte a pensar en todas las personas que han hecho obras de caridad contigo y si no lo has podido devolver a ellas, tal vez puedas hacer el bien a otras personas a tu alrededor o al más necesitado.

Abre bien los ojos y encontrarás a Dios en el que sufre.

Dedicado a todas aquellas personas que me han ayudado y que me ayudarán en mi caminar, por ustedes es que la carga ha sido más ligera y mi sueño se ha hecho posible. De corazón gracias, sus alas me mantienen de pie.


¿Te gustó? ¡Comparte con tus amigos!

Naomi Varela

Maestra, Conductora, Cantante, Escritora, pero sobre todo hija de Dios. Le gusta hacer chistes malos y aprovecha cualquier momento para hacerlos. Disfruta de la compañía de sus seres queridos y cree que la misión de su vida es ser y hacer feliz.

Comments

comments