Hola querido lector, hoy te vengo a hablar de la celebración de San Patricio, ¿Qué te viene a la mente cuando piensas en esta fecha? Si lo primero fue el color verde, un duende y cerveza… bueno amigo, este artículo es para ti, porque la celebración original tiene muy poco de esto, te cuento; El día de San Patricio es una fiesta en la Iglesia, pero como en muchas partes y con muchas cosas a veces lo bello se va simplificando tanto que pierde su sentido, es como si maquilláramos las cosas para hacerlas más a nuestra manera.
Y no es que crea que todo lo que actualmente se hace en este día sea malo, para nada, pero sin duda lo podemos hacer más lleno de significado y de esta manera sacarle mucho más provecho, así que, en la búsqueda de este, la historia del mismísimo Santo será nuestra guía.
Para comenzar te diré que ni era irlandés ni se llamaba Patricio, su nombre era Maewyn Succat y nació en el año 387 en Kilpatrick, en Escocia. Cuando era muy joven, se dice que solo tenía 16 años, piratas irlandeses lo hicieron prisionero y lo llevaron a Irlanda donde pasó aproximadamente seis años, ahí se dedicó al pastoreo de animales.
Tras liberarse el Santo sintió el llamado no sólo al sacerdocio sino al servicio en aquél lugar donde fue esclavo, su misión fue llevar la Buena Nueva a los habitantes de Irlanda, allí vivió hasta su muerte, un 17 de marzo del año 461.
En Irlanda, este es una de las fiestas más importantes y para celebrarlo se toman ¡cuatro días! Las personas salen a la calle vestidas de verde y usando tréboles, ¿Y por qué un trébol? Se dice que San patricio utilizaba el trébol de tres hojas para explicar el misterio de la Santísima Trinidad, ponía uno en su ropa por esta razón, algunos feligreses de la época comenzaron a imitar esto. Ahora cada vez que encuentres un trébol podrás, gracias a este santo, recordar a Dios en tu día.
Espero que ahora cuentes con un poco más de información para discernir qué de la actual celebración vale la pena retomar de sus inicios y qué aspectos sería mejor evitar. Sobretodo, recuerda que esta celebración es sobre la introducción del cristianismo en Irlanda, recordamos a un hombre alegre y valiente que regresó a liberar a quienes lo tuvieron cautivo.
Por último, te comparto esta oración, antigua bendición irlandesa, de autor anónimo, que la tradición atribuye al mismo San Patricio:
Que los caminos se abran a tu encuentro, que el sol brille sobre tu rostro, que la lluvia caiga suave sobre tus campos, que el viento sople siempre a tu espalda.
Que guardes en tu corazón con gratitud el recuerdo precioso de las cosas buenas de la vida.
Que todo don de Dios crezca en ti y te ayude a llevar la alegría a los corazones de cuantos amas.
Que tus ojos reflejen un brillo de amistad, gracioso y generoso como el sol, que sale entre las nubes y calienta el mar tranquilo.
Que la fuerza de Dios te mantenga firme, que los ojos de Dios te miren, que los oídos de Dios te oigan, que la Palabra de Dios te hable, que la mano de Dios te proteja
Y que, hasta que volvamos a encontrarnos, Dios te guarde, y nos guarde a todos, en la palma de su mano.
