Cada cuaresma, cada miércoles de ceniza es una nueva oportunidad; creo que más de uno nos hemos sumergido en la costumbre de la tradición y no en lo profundo de este tiempo litúrgico. No te confundas, la cuaresma no es el momento para cambiar el menú de comidas en tu hogar, sino el menú de tu corazón; es hora de que cambies las lentejas por perdón, los camarones por arrepentimiento y el pescado por caridad.
Este menú nutre mucho más tu vida y espíritu ya que muchos de los que nos decimos católicos sólo vemos la cuaresma como sólo eso “un cambio de menú”. Tenemos que aprovechar este tiempo para empezar a voltear a ver la cruz como no sólo un bonito adorno sino como lo que verdaderamente representa: tu salvación.
No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.
Romanos 12,2
Por eso, cuando vayas a la imposición de la ceniza, analiza muy bien cómo llevas tu vida con un corazón sincero, abierto a Dios. Así, resolver esa situación que te tiene preocupado o inclusive alejado será más fácil de resolver, ¿hace cuánto no te acercas al confesionario y recibes el pan vivo de Jesús en la Eucaristía para alimentarte espiritualmente?.
Pero el que beba del agua que yo le daré, no volverá a tener sed jamás, sino que dentro de él esa agua se convertirá en un manantial del que brotará vida eterna.
Juan 4,14
Es un buen tiempo para reflexionar sobre la vida que llevamos y elegir definitivamente el camino que nos ofrece Jesús. Mira a tu alrededor, observa como poco a poco el mundo nos consume con sus nuevas leyes que pareciere que las escribe el mismo Herodes queriendo acabar con niños ahora desde el seno materno; o cómo llegan nuevamente los gobernantes de Sodoma y Gomorra autorizando cualquier perversión.
¿Esto quieres realmente en tu vida o quieres ser parte de los que luchan como los apóstoles, santos y mártires por hacer de este un mejor lugar para vivir? Yo sé que hay errores dentro de la Iglesia, tristemente, por eso Pablo nos advertía que estuviéramos alerta y siguiéramos a pesar de todo
(“Yo sé que, después de mi partida, se introducirán entre vosotros lobos crueles que no perdonarán al rebaño; y también que de entre vosotros mismos se levantarán hombres que hablarán cosas perversas, para arrastrar a los discípulos detrás de sí. Por tanto, vigilad y acordaos que durante tres años no he cesado de amonestaros día y noche con lágrimas a cada uno de vosotros. «Ahora os encomiendo a Dios y a la Palabra de su gracia, que tiene poder para construir el edificio y daros la herencia con todos los santificados.” Hechos 20 29-30)
¡Ánimo! Hay miles de árboles creciendo alrededor del que se cae y da gracia a nuestra Iglesia.
Rásguense el corazón y no las vestiduras. Vuélvanse al Señor su Dios, porque él es bondadoso y compasivo, lento para la ira y lleno de amor, cambia de parecer y no castiga. Joel 2,13
Por eso ahora que lleves ceniza en la cabeza, sopla con la gracia de Dios sobre tu cenizo corazón, que quizá llevas, para que brille con la luz del Señor y lleves de esta paz, buenas noticias y transformación a los que te rodean y recuerda: está bien que comas lentejas pero es mejor que cambies tu corazón.
Por tanto, para que sean borrados sus pecados, arrepiéntanse y vuélvanse a Dios, a fin de que vengan tiempos de descanso de parte del Señor.
Hechos 3,19
ARREPIENTETE Y CREE EN EL EVANGELIO Mc 1, 15