Es verdad que no hay día malo para escuchar las asombrosas canciones de la banda de rock “Queen”. Su música ha manifestado siempre el enorme talento de cada uno de sus integrantes y un espíritu de autenticidad que en pocos artistas encontramos usualmente. La reciente película “Bohemian Rhapsody” lanzada a finales de octubre de 2018 es una buena oportunidad para conocer de cerca un poco de la trayectoria de la agrupación y las razones de su gran éxito. En especial cuando hablamos del cantante: Freddie Mercury, quien sigue cautivando con sus dones vocales a miles de millones de personas por todos los rincones del planeta.

Aunque ver la película no sólo te ayudará a enterarte de los sucesos que marcaron al vocalista de Queen, sino que es también una buena oportunidad para encontrar noticias sobre ti mism@. En esta ocasión, quisiera invitarte a ver esta película con una mirada “vocacional”, es decir, considerando que cada uno de nosotros ─los seres humanos que habitamos este mundo─ somos realmente únicos y por lo tanto tenemos una misión muy particular y especial: ¡Un llamado! Lo difícil es que el mundo cada día cuenta con más elementos que nos pueden hacer perder de vista ese papel fundamental que estamos invitados a desempeñar. Pienso que Freddie Mercury fue una personalidad que quizá experimento todo tipo de dificultades antes de descubrir realmente su razón de ser.

 

Quizá ya viste el film o tal vez no. En cualquier caso, al entrar en contacto con esta interesante producción cinematográfica, se torna muy útil que intentes percibir aquellos momentos en los que tu vida podría verse muy parecida a la del gran Freddie. Creo que él es un claro ejemplo de que en la vida poseemos libertad, la cual, es un don fascinante, pero que siempre debemos seguir aprendiendo a utilizar para no salir perjudicados. Nuestro futuro en definitiva no está sellado, y no se define por la fama o la fortuna que poseemos.

 

En la medida en que vamos descubriendo nuestras buenas aptitudes es importante sacarles el mayor provecho, pero nunca hay que perder de vista lo verdaderamente maravilloso de esta existencia, dentro de lo cual está descubrir que no somos el centro del Universo. Que una vez que nos aceptamos como somos debemos salir al encuentro de todas las personas que buscan amar y ser amadas, y valorarlas por lo que son. Lo verdaderamente vivido permanece siempre con nosotros, no se gasta, no se agota. Por lo tanto, difícilmente tendrá que ver con lo material. Los momentos especiales con las personas que estimamos y los actos de amor que tenemos para con ellas, representan mucho del sentido de nuestra misión.

Todos contamos con habilidades y talentos propios, y puede sentirse mucha satisfacción al usarlos para tu propio beneficio. Pero apuesto a que si te das la pequeña y sencilla oportunidad de compartirlos con el mundo podrías empezar a notar grandes cambios, y a descubrir que la plenitud yace en donde quizá nunca habías pensado buscarla. Estoy seguro que nunca es tarde para valorar todo esto, y que el hacerlo nos purifica de muchos errores y culpas, y nos sana de todo tipo de heridas psicológicas y espirituales.

Así que ¡Ánimo! Cada día que pase pregúntate cuál es tu auténtico llamado ¡El sentido de tus acciones! y descúbrelo libremente. Viendo no sólo por tu bien sino especialmente por el de los que te rodean. En fin, no dejes de profundizar en el tema disfrutando de esta gran película dirigida por Bryan Singer, y que lleva por título el mismo de uno de los mayores éxitos de Queen que seguramente identificas bien. Además, si la ves con buena disposición confío que te hará no sólo meditar, sino reír, cantar, revalorar increíbles éxitos musicales, y realmente sumergirte en una época que quizá no tuviste la oportunidad de presenciar, o que añoras con nostalgia alegre.


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Andres Piña

Es un joven que busca ser comprometido con la Iglesia, al ser Dios quien define el sentido de su vida. Tiene estudios en filosofía y teología y disfruta mucho de conocer la realidad y sus grandes misterios. Siente afición por la música, el arte en general y los deportes. Disfruta mucho de compartir la fe con personas de todas las edades, buscando generar un buen ambiente de diálogo. Sostiene que la vida es para disfrutarse y la mejor manera de hacerlo es viviendo la alegría de hacer el bien.

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