Éxodo
Según el diccionario, éxodo es una marcha de un pueblo o de un grupo de personas, del lugar en el que estaban para buscar otro lugar en que establecerse.
Esto es justo lo que actualmente vemos con la caravana migrante, donde viajan principalmente personas provenientes de Honduras, El Salvador y de otros países centroamericanos.
Recordamos cómo el pueblo de Israel liderado por Moisés, también vivió su propio éxodo para escapar de la esclavitud de Egipto, y cómo Dios los guió a través del mar y del desierto hacia una tierra prometida.
El pueblo de Israel buscaba un lugar mejor para desarrollarse como pueblo, y de igual modo nuestros hermanos migrantes buscan mejores oportunidades para desarrollarse.
¿A qué se deben estas migraciones?
Las causas de estas migraciones son diversas, pero podemos resumirlas en las siguientes:
Violencia e Inseguridad
Honduras y El Salvador son países que tienen un alto número de muertes sin estar en guerra, aunado también a la violencia doméstica que sufren las mujeres y que estos países tienen un alto índice de corrupción e impunidad.No sólo hay inseguridad y violencia, sino que también estas situaciones quedan impunes.
Pobreza
Se estima que en Honduras el 68% de la población vive en condiciones de pobreza, hay pocas oportunidades para desarrollarse económicamente y encima la canasta básica sube de precio.
Aunado a estas situaciones los hondureños han tenido desastres naturales, que han afectado severamente, como las inundaciones que forzaron a algunos ciudadanos a abandonar sus casas.
Nuestra Actitud.
Al pensar en los migrantes viene a mi mente la parábola del buen samaritano (Lucas 10,25-37).
La postura del cristiano es amar, y amar a través de actos concretos, como bien nos dicen las obras de misericordia, dar de comer al hambriento, de beber al sediento, hospedar al forastero, visitar al enfermo.
Ver en el migrante también el rostro de Cristo es el primer cambio de actitud que se requiere, necesitamos recordar que son personas amadas por Dios y valiosas antes sus ojos, por lo que no podemos quedarnos cruzados de brazos, hay que ponernos en acción para apoyarlos en su travesía en la medida que nos sea posible.
Esos hermanos nuestros nos necesitan, por lo que te comparto tres consejos para ayudarlos.
La Oración
Esta es la forma más sencilla de ayudarlos, orando por ellos.
Te sugiero que los tengamos en nuestras oraciones, y pidamos para para que Dios les asista en su camino y sus necesidades.
Donativos
Hay distintos centros de acopio, albergues o casas para apoyo a los migrantes.
Infórmate en donde están ubicados en tu ciudad y cómo se puede apoyar estos centros.
Es común que necesiten alimentos, artículos de aseo personal, agua, cobijas, entre otros.
Siempre podemos donar un poco de los que tenemos, desde apoyo económico, o en especie y hasta incluso donar nuestro tiempo como voluntarios.
Concientizar
Es de mucha ayuda crear conciencia de esta situación, los migrantes como cualquier persona buscan mejores oportunidades, nosotros como creyentes debemos verlos como los hermanos que son y no como estorbos o personas que se quieren aprovechar de nuestro país, verlos con una mirada de compasión como lo haría Jesús.
Primero cambiar nuestra conciencia y compartir esta visión con la gente a tu alrededor.
Para terminar, te recuerdo cómo termina el pasaje del buen samaritano (Lucas 10,25-37).
Parafraseando a Jesús después de haber compartido esta parábola, Él pregunta:
– ¿Quién piensas que demostró ser el prójimo de este hermano en necesidad?
– Le contestaron: El que tuvo misericordia de él
– Jesús le dijo: VE Y HAZ TU LO MISMO
Vayamos pues nosotros también a hacer lo mismo.
Que Dios te bendiga
