Una parte de la sociedad está acostumbrada a atacar la Iglesia porque vive de “lujos” y está en la opulencia. Se reciben muchos comentarios acerca de cómo el diezmo y la colecta solamente enriquecen a los sacerdotes y la institución, pero realmente todos los católicos deberíamos estar teóricamente preparados en apologética y en números para la defensa de nuestra iglesia.

Un 10% mas que el año anterior

Según un estudio realizado por la Consultora PWC en el año 2015, las diócesis españolas volvieron a destinar una parte importante de sus recursos a las actividades asistenciales, cuya inversión aumentó un 10% con respecto al año anterior.

En total dedicaron 57 millones de euros. Con esos fondos lograron acompañar a 4,8 millones de personas en alguno de los casi 9.000 centros sociales de la Iglesia. Esta labor generó un impacto económico en la sociedad que superó al de 15 comunidades autónomas.

Esto sólo representa ser un pequeño número de los muchos en los que está dividida la caridad. Existen año con año análisis de cómo el dinero de la iglesia va siendo distribuido entre escuelas, hospitales, albergues y otras obras que pretenden ser un sostén para los hermanos más necesitados. La situación de beneficencia no es en busca de algún tipo de reconocimiento mundial, ya que la mayoría se maneja con mucha discreción para no caer en la fanfarronería ni en la exaltación de los hombres.

Ayudar es su misión

Ayudar a nuestros hermanos es misión de todo buen cristiano, extender la mano al necesitado, asistir al enfermo, cuidar a los niños, visitar a los presos, entre otras cuestiones más son antológicamente la formación del propio ser iglesia. Por eso este día te invitamos primero que nada a seguirte informando acerca de los números y datos duros de cómo la iglesia ayuda en todo el mundo, como segunda invitación te recordamos aquello que dijo Jesús en una de sus lecciones más profundas del actuar católico:

Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis, Mt 25, 35-40


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Raúl Trujillo

Raúl es un maestro de nivel secundaria con especialidad en Formación Cívica y Ética, participó como escritor en dos publicaciones oficiales de su escuela y disfruta mucho de los grupos católicos juveniles de los cuales ya tiene más de 10 años de experiencia.

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