Este artículo quiero escribirlo basado en la experiencia que he ido formando durante los nueve años que tengo como docente frente a grupo. Soy maestra en el nivel de preescolar y también en el nivel educativo CEDEX que por sus siglas significa: Centros de Educación Extraescolar para jóvenes y adultos.

Me encanta ser maestra de niños preescolares porque día con día termina mi corazón lleno de dulzura y recargado de tantas cosas positivas que aprendo de los niños. Yo soy la maestra pero termino aprendiendo mucho más de ellos. Y me encanta y me asombra mucho el CEDEX porque también los adolescentes, jóvenes y adultos aportan mucho bien a mi vida con sus ocurrencias, con su manera tan diferente de ver la vida, con su energía inagotable, (los primeros jeje) con sus ganas de aprender pese la edad que tienen.

Lo que más estoy disfrutando es que al mismo tiempo que imparto las clases, tengo la oportunidad de convivir con los muchachos y conocer sus opiniones y puntos de vista sobre algunos temas, así como también poder dejarles un poquito de mis conocimientos sobre la vida, tratando de instruirlos sobre los valores necesarios para que sean personas de bien y ciudadanos integrales para la sociedad.

Terminas el ciclo escolar y los alumnos se van. A otras escuelas, a un grado diferente y otros grupos, al siguiente nivel educativo, etc. y los docentes nos quedamos en las aulas esperando formar a una generación más y pensando en los alumnos que se fueron, ¿Pondrán en práctica lo que aprendieron en el aula?, ¿Qué será de ellos en la primaria?, ¿Seguirá siendo el niño bien portado que fue en kinder?, etc. etc. y se repite la historia año tras año.

Pero, ¿qué pasa cuando es el maestro el que se tiene que ir? El que sabe que tiene una misión encomendada desde un principio y cuando llegue la hora indicada tendrá que partir. ¿Cómo poder aprovechar el tiempo al máximo para dejarnos instrucciones sobre alcanzar nuestra felicidad en la vida?

Jesús vivió 33 años de los cuales 30 dedicó a su crecimiento personal y espiritual y los últimos 3 a la enseñanza y predicación, a dejar su mensaje a los discípulos quienes posteriormente nos los transmitieron en las Sagradas Escrituras. Aunque sin un título universitario, Él escogió la noble profesión de ser Maestro, el mejor de todos diría yo, invirtió su tiempo en la enseñanza de hacer el bien, nos dejó ejemplos de la vida misma en forma de parábolas y nos pide seguir el camino que nos lleva a alcanzar la vida eterna, nos invita a rechazar los estilos de vida conducentes al pecado, especialmente a aquellos que son productos de la soberbia, envidia, ira, vanidad, egoísmo, lujuria y gula.

A continuación citaré algunos ejemplos de sus más grandes enseñanzas como Maestro.

En Mateo 5, 43-47 nos instruye en el amor al prójimo diciendo: “Ustedes han oído que se dijo: “Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo.” Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen…Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa recibirán? ¿Acaso no hacen eso hasta los recaudadores de impuestos?…”

Sobre el servicio a los demás aprendimos en Marcos 10-42,45 “Como ustedes saben, los que se consideran jefes de las naciones oprimen a los súbditos, y los altos oficiales abusan de su autoridad. Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor, y el que quiera ser el primero deberá ser esclavo de todos. Porque ni aún el Hijo del hombre vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos”
También nos enseña a servir a los demás cuando en la Última Cena lavó los pies de sus discípulos, sin palabras, con su solo ejemplo.

¿De qué sirve ganar el mundo entero si se pierde la vida? Nos pregunta en Mateo 16,26 haciendo referencia a analizar nuestras propias vidas y nuestro actuar invitándonos a llevar nuestra cruz, cualquiera que en este momento estemos cargando y decidirnos a seguirlo.

Por medio de la parábola del rey que quiso hacer cuentas con sus siervos perdonándole la deuda a quien no tenía como pagar en Mateo 18, 21-35, Jesús nos enseña a perdonar 70 veces 7, es decir, infinitamente. Y lo demuestra en Juan 8,1-7 con la mujer que fue sorprendida en adulterio y la gente consideraba que debía ser apedrada por su acción, cuando Jesús dice: “El que esté libre de pecado que arroje la primera piedra”

En Mateo 5, 3-12 con las Bienaventuranzas nos ofrece el Reino de los Cielos al invitarnos a ser humildes, a tener hambre y sed de justicia, a ser misericordiosos, limpios de corazón y procurar la paz.

Jesús es el Maestro de maestros, nuestra guía por excelencia. Nos deja el camino a la salvación por medio de grandes enseñanzas que se quedaron en la Biblia, en los apóstoles, en los santos y las cuales podemos desentrañar nosotros mismos y seguir su camino del bien para llegar al Padre.


¿Te gustó? ¡Comparte con tus amigos!

828 shares
Lorena Garza

¡Hola! Soy Lorena Garza. Pasé mi adolescencia y juventud en los grupos de la Iglesia en donde encontré el gran amor de Dios. Me gusta mucho pasar mi tiempo con mi familia, esposo, amigos y ¿por qué no?, conmigo misma. Intento siempre llevar paz y positividad en donde me encuentre. Aquí te dejo una de mis citas favoritas escrita por Santa Teresa de Ávila: "Nada te turbe, Nada te espante, Todo se pasa, Dios no se muda. La paciencia Todo lo alcanza; Quien a Dios tiene Nada le falta: Sólo Dios basta." Aqui te dejo una de mis citas favoritas escrita por Santa Teresa de Ávila: "Nada te turbe, Nada te espante, Todo se pasa, Dios no se muda. La paciencia Todo lo alcanza; Quien a Dios tiene Nada le falta: Sólo Dios basta."

Comments

comments