No, no soy la doctora corazón, sin embargo, he tenido el corazón roto, hasta cierto punto hoy lo veo como una bendición, ya que gracias a mis experiencias de desamor he podido aconsejar a algunos amigos y amigas al respecto. Por eso, estoy segura que todo lo que me pasa tiene una razón de ser y si con eso puedo ayudar a alguien, pues qué alegría.
Hay una gran diferencia entre vivir en desamor sola a vivirlo con Jesús y te lo cuento desde mi experiencia personal. Yo conocí a Jesús a eso de los 19 años y al poco tiempo de conocerlo, conocí el amor eros en la forma más pura, de verdad que estaba perdidamente enamorada de Dios y de ese gran chico. Era atento, cariñoso, respetuoso y lo más importante, amaba profundamente a Dios y me llevaba a Él.
Por diferentes razones esa relación terminó cuando yo estaba en mi etapa de amor idílico, que es cuando ves a la persona PERFECTA, el cariño es tal que no ves las imperfecciones; entonces ya te imaginarás mi depresión, de verdad fue un dolor que no le deseo a nadie, nada consolaba mi corazón, en las noches soñaba que volvíamos a ser novios y en la mañana al despertar no estaba segura si de verdad había sido un sueño.
Como te contaba acababa de conocer a Dios y estaba muy molesta con Él, tanto que decidí apartarlo de esta cosa específica, quise vivir mi duelo yo sola, pero pasaron tres, cuatro meses y al fin recordé como en flashback que Dios me ama, que hay tentaciones, que hay pecado, que Jesús debe ser mi Señor y especialmente que pasara lo que pasara en mi vida tenía que perseverar. Entonces hice una lista de cosas que pensaba me podían ayudar al superar este duelo.
1 Misa diariamente.
Decidí ir a misa todos los días antes de la escuela. Me lo topaba bien seguido en los pasillos y en los grupos de jóvenes, por lo que antes de que pasara le ofrecía esos momentos a Dios, le pedía tranquilidad y que me diera paz.
2 Comunión diariamente.
Si bien durante la misa oraba, sabía que era de suma importancia ofrecer mi comunión por el, para que sus proyectos fueran exitosos, para que encontrara una chica buena, que lo quisiera mucho y también pedía por la paz de mi corazón.
3 Rezar el rosario.
Estaba en grupo mariano, lo que significa que a través de María encontramos y Jesús, por esto el rezo del rosario se convirtió en mi arma espiritual. Ofrecía cada Avemaría por el, por su familia, por sus amigos. Por mis sentimientos, eran tan bonitos que yo sabía que se los tenía que dar a alguien más y en ese momento Dios era mi amor, mi único amor, entonces todo lo bonito que sentía por mi ex novio, se lo ofrecí a Dios.
4 Servicio
Ofrecí mi servicio por el, por sus necesidades, por su familia. La verdad esto se me olvidaba bien seguido, pero algunas veces lo hice.
Pasó un año de esta vida intensa espiritual y de verdad, que es la mejor decisión que pude tomar, vivir mi duelo tomada de la mano de Dios, en muchos de estos ofrecimientos me soltaba llorando, muchas veces me lo topaba y yo misma me quitaba la tranquilidad, sin embargo, poco a poco entendí que todo tenía una razón de ser, que no era el fin del mundo, y que podría de nuevo amar y sentirme amada como en ese entonces (refiriéndome al tipo de amor eros), además mi amor a Dios aumentaba, mis preocupaciones empezaban a ser otras y en mis ofrecimientos ahora estaban mis amigos, mi familia, mis proyectos personales.
En muchas ocasiones caemos en hablar mal de las personas que se van de nuestra vida, les deseamos el mal y en realidad, además de que Dios nos pide lo contrario, verdaderamente sana el hecho de pedir el bien.
Estos consejos son aplicables para cualquier duelo que tengamos en nuestra vida, para cualquier propósito o proyecto que nos propongamos. Espero que mi experiencia te sirva de algo y si tienes algún otro consejo te agradezco lo dejes en los comentarios, para que todos sanemos nuestro corazón y lo dispongamos en manos de Dios, que siempre querrá lo mejor para nosotros.
Paz y bien.
