Desde que el discernimiento me llevó a darme cuenta que el Matrimonio es mi vocación, mi mamá siempre rezó conmigo por mi futuro esposo; me acompañó y aconsejó en cada relación que iniciaba y también me consoló cuando éstas terminaban; me alentaba a confiar en la voluntad del Creador, a valorarme y ser feliz en el aquí y el ahora. Poco a poco me fue compartiendo las cosas que un hombre de Dios hace diferente a los demás y cuando Didier llegó su corazón de madre lo notó.

Siempre agradecida con Dios

Verdaderamente estoy muy agradecida con el Creador de ser la esposa de Didier. No por lo que mi madre u otras personas puedan decir de él, sino porque a su lado, siento que me santifico (y aclaro que soy la persona más imperfecta y con defectos que puedan conocer, pero la santidad no es perfección, da click aquí y verás a qué me refiero).

De hecho, todas las chicas que han sido llamadas al Matrimonio merecen un hombre con el que puedan caminar hacia la santidad, un esposo que las apoye a ser la mujer de Dios que están destinadas a convertirse.

Desde muy joven, me enamoré de Jesucristo, encontrarme con ÉL y dejarlo entrar en mi vida cambió completa y radicalmente el sentido de mi existencia y visión de las cosas. Jesús se convirtió en el único que logró satisfacer plenamente todos y cada uno de los anhelos de mi corazón (reitero: ¡TODOS!). Siempre supe que, si Dios me llamaba algún día a la vocación matrimonial, no tendría que esperar al “hombre perfecto”; sin embargo, tenía muy claro que mi esposo tendría que ser aquél que me llevara a encontrarme día a día y en todo momento con EL ESPOSO PERFECTO, es decir: Jesucristo. Éste compañero de batalla, sería el hombre para mí, el hombre con el que yo podría ser yo misma y cumplir la misión para la que fui creada y llamada.

Le tomó al Señor, más de 25 años de una GRAN cantidad de trabajo (créanme, soy muy terca y sigue trabajando), de purificación en mi corazón, y un montón de oración para que Dios finalmente pudiera decir: “Es el momento”. Y eso me ayudó a reconocer a mi futuro esposo cuando éste llegó a mi vida, porque un hombre de Dios, es realmente un hombre que no pasa desapercibido, es un hombre que se hace notar.

¿Por qué?

  1. Porque él está igual o aún más profundamente enamorado que tú, de Cristo, de la Iglesia y de la Eucaristía.
  2. Está dispuesto a correr contigo la carrera al Cielo,
  3. Es un hombre que medita cuando reza el Rosario y
  4. asiste a misa muy frecuentemente (no se conforma con simplemente darle check a la casilla de “Misa Semanal”, la Eucaristía es para él una necesidad).
  5. No sólo es humilde y esforzado por custodiar la pureza de su corazón y su mirada,
  6. es un caballero,
  7. un hombre real que defiende la dignidad de la mujer, la vida y el Matrimonio.
  8. No es el típico chico bueno que por pasar el tiempo está en algún grupo de Iglesia, él ES un hombre de Iglesia.
  9. Busca ser un guerrero,
  10. un protector, que lucharía ante lo que fuera con tal de vivir plenamente y defender su fe, su mujer y su familia.
  11. Ésta no es sólo mi historia, ya que, todas las mujeres católicas y casadas que admiro, tienen su propio compañero de peregrinación al Cielo, un hombre que las ama en sus fallas y locuras,
  12. un hombre que respeta su cuerpo, mente y alma, se preocupa profundamente por su bienestar y santidad
  13. un hombre que está en la “misma página” que ellas espiritual /intelectual/emocional y físicamente,
  14. un hombre con quien pueden reír, ser ellas mismas,
  15. un hombre que ama con el amor de Dios.

Conozco muchos grandes hombres de Dios. Así como toda mujer que ha sido llamada al Matrimonio ha sido llamada a ser santa y a casarse con un hombre que quiera ser santo también.

No te conformes

No te conformes por el hecho de tener miedo a estar sola, o porque no te creas digna de ser amada así. Cada mujer merece ser amada santamente. El primer paso para no conocer a alguien así es perder la esperanza y conformarte con algo menos que el amor verdadero y un hombre de Dios. Inicia orando por tu futuro esposo ahora mismo. Comienza enamorándote del Verdadero Esposo: Jesucristo, y algún día, si tu llamado es el Matrimonio, el mismo Jesús te dará al mejor hombre para ti.

De nuestra parte, rezaremos por ti, nuestra hermana en Cristo, para que descubras lo bueno y hermoso que el Señor ha puesto en tu gran corazón, y sepas que Dios tiene un plan maravilloso para tu vida. Tu anhelo de amor no ha sido olvidado por el Creador, y no estás sola. Te mereces lo mejor.

Recemos por quienes quieren hacer la diferencia

Y rezamos también por cada hombre valiente que quiere hacer la diferencia, que quiere marcar la huella de Dios en su paso por los demás, que desde Cristo quiere hacerse notar.

Con la ayuda de los santos, quienes como amigos en la fe que nos han precedido en éste camino (pues llegaron a vivir en plenitud el amor de Dios por ellos), rogamos para que Dios te haga conocer también su gran amor por ti:

Santa María Virgen
San José Esposo de la Virgen.
Santa Teresa de Lisieux
Santa María Goretti
Santa Gianna Boretta Molla
Beata Teresa de Calcuta,
Santos Luis y Celia
Todos los hombres y mujeres santos de Dios
Rueguen por nosotros.

 

Colaboración de : El Blog De Emma y Didier


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Luis Horacio

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