Esta es una leyenda recogida principalmente por Eusebio obispo de Cesarea, en el siglo IV y archivadas en su libro Historia Eclesiástica, según lo que ha escrito Eusebio, estas cartas estaban resguardadas en los archivos de Edesa.

La Leyenda

Osroene era un antiguo reino de Asia, que está ubicado en lo que es la frontera entre Turquía y Siria, su capital en ese entonces era Edesa, cuyo gobernante llamado Abgaro padecía de una enfermedad crítica que lo estaba consumiendo. Dicho rey escuchó en su momento los prodigios y milagros que realizaba un hombre en Israel llamado Jesús, por lo cual se afana desesperadamente en buscarlo y solicitarle su auxilio.

Abgaro escribe entonces una carta a Jesús, donde demuestra una fe increíble al aclamarlo sabiendo que solamente Él podría llegar a darle la sanación que tanto anhela, a continuación un extracto de la afirmación hecha por Abgaro de Jesús
“Tras oír esto de ti, creo que hay dos opciones. O eres Dios y habiendo bajado del cielo llevas a cabo estas obras, o puesto que las haces eres el hijo de Dios”

La “respuesta” de Jesús

Ante esto Jesús responde a esta carta, a lo que según confiesa Eusebio lo hace a puño y letra donde básicamente le menciona la bienaventuranza para él por haber creído sin haber visto, le dice que no podrá asistir por concluir todo su cometido y que luego de su ascensión enviará a uno de los suyos a dar la sanación.

Luego de su ascensión, Tadeo que era uno de los 72 discípulos fue enviado por santo Tomás a visitar a Abgaro. La tradición ha confundido este Tadeo con san Judas Tadeo y le ha dado a San Judas uno de los símbolos de esta visita como lo es el Mandylion el cual es un manto con la imagen de Jesús.

Los controversia

Cabe rescatar que ante tal visita Abgaro se sana y se convierte deseoso de saber cada vez más sobre Jesús y da paso libre para que Tadeo evangelice a todo el pueblo de Edesa. Esta historia que ha sido tan discutida por tantos años sobre su veracidad, no deja de ser una muestra increíble del impacto de Jesús para su época y de la bienaventuranza de todo aquel que busca de corazón a Jesús.

 

Por: Alonso Ramírez

 


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