Costa Rica, con una población de no más de 5 millones de personas, cada inicio de agosto vive una fiesta donde cada año 40% de la población nacional emprende un viaje hasta la ciudad de Cartago, para rendirse ante los pies de su Santa Madre la Virgen de los Ángeles.
Una Tradición del siglo XIX
Una tradición que data desde finales del siglo XIX, donde el punto de partida más común es la catedral de San José, la capital de Costa Rica, pero no evita que muchos peregrinen desde lugares mucho más alejados, como son las zonas fronterizas e incluso desde el país de Nicaragua.
Cartago se encuentra aproximadamente a unos 27 kms al este de San José, si bien el peregrinar a la Basílica de Nuestra Señora de los Ángeles es más común el 1 de agosto, muchos peregrinos la realizan incluso dos semanas de anticipación.
Juana Pereira
Según la tradición para el año 1635 una indígena cartaginesa llamada Juana Pereira, caminando por un bosque, encuentra sobre una roca cerca de un manantial, lo que ella cree que es una pequeña muñeca de piedra, emocionada con su hallazgo la toma y la lleva a guardar en un cajón en su casa. Al día siguiente caminando por el mismo sitio, halló nuevamente otra muñeca, la cual la lleva a casa a guardarla junto a la encontrada el día anterior, pero no logrando encontrarla en el cajón. De todas maneras guardó en el cajón nuevamente la imagen encontrada.
Al tercer día nuevamente Juana caminando por el mismo sitio vuelve a hallar la imagen, pero esta vez la lleva al sacerdote del pueblo Alonso de Sandoval, quien guardó la imagen en una caja y al otro día no la logra hallar. Juana volvió al lugar de las apariciones y vuelve a hallar la imagen en el mismo sitio y se la vuelve a llevar al sacerdote, quien esta vez la guarda en el sagrario, al día siguiente al abrir el sagrario para su sorpresa la imagen no se encuentra ahí y al encontrarla en el lugar de las apariciones el 2 de agosto del año 1635, entiende que es un mensaje de la Virgen María, ella quería estar en ese bosque, sobre la misma roca. Por eso se erigió en ese sitio la Basílica de Nuestra Señora de los Ángeles.
La imagen la cual es compuesta de grafito, jade y roca volcánica, ha llamado la atención de los geólogos, que no entienden cómo poder unir los tres distintos materiales y más aún que para la época no se encontraba grafito en Costa Rica y en Europa no se hallan los otros dos elementos. A su vez fue proclamada por el papa Juan Pablo II como protectora de América y una réplica de ella fue llevada al Vaticano donde el papa Benedicto XVI la bendijo y la resguardó en la Basílica Santa María de la Luz.
Por: Alonso Ramírez