En el lenguaje de los manuales litúrgicos antiguos, a menudo se le llama tabernáculo al ostensorio, y es bajo ese nombre que se provee una bendición especial en el “Pontificale Romanum”. También se usan otras varias denominaciones, de las cuales la más común es quizás custodia.

Posibles orígenes

Es evidente que la introducción de la custodia debe haber sido posterior a la época en que por primera vez se hizo familiar en la Iglesia la práctica de exponer el Santísimo Sacramento o de llevarlo en procesión. Ésta (como se desprende de los artículos Bendición del Santísimo Sacramento, Fiesta de Corpus Christi y Exposición del Santísimo Sacramento) no se puede asignar a una fecha anterior al siglo XIII. Al mismo tiempo, las constituciones de Lanfranco para los monjes de la Iglesia de Cristo, Canterbury (c. 1070), ordenaban que en la procesión del Domingo de Ramos dos sacerdotes vestidos con albas debían llevar una urna portátil (feretrum) “en la que también se debe depositar el Cuerpo del Señor”.

Aunque aquí no hay ninguna sugerencia de que la hostia debía ser expuesta a la vista, sino todo lo contrario, todavía nos encontramos con que esta costumbre inglesa llevó, al menos en un caso, a la construcción de una urna decorada elaboradamente para transportar el Santísimo Sacramento en esta ocasión especial.

Transportarla sin verla

Sin embargo, no se establece ni se puede asumir que ésta era una custodia, en el sentido propio, en la cual se expusiera la hostia para ser vista. Al mismo tiempo, es muy probable que tales custodias en sentido estricto comenzaran a construirse en el siglo XIII, y todavía hay algunas en existencia —por ejemplo, una custodia octagonal en Bari, con las palabras: “Hic Corpus Domini— que pueden muy bien pertenecer a esa fecha.

Era Medieval

Cahier, Martin (Mélanges archéologiques, I y VII) y otras autoridades han dibujado un gran número de custodias medievales, y aunque a menudo es difícil distinguir entre simples relicarios y vasos destinados a la exposición del Santísimo Sacramento, se puede trazar una cierta línea de desarrollo en la evolución de estos últimos. El P. Cahier sugiere con alguna probabilidad (Mélanges, VII, 271) que si bien al principio el copón mismo se usaba para transportar el Santísimo Sacramento en procesiones, etc., al principio los lados de la copa del copón se prolongaron con un cilindro de cristal o vidrio, y se sobrepuso la cubierta ordinaria.

Todo ha sido gradual

Por supuesto, la adopción de las custodias para las procesiones del Santísimo Sacramento fue un proceso gradual, y, si podemos confiar en las miniaturas halladas en los libros litúrgicos de la Edad Media, en tales ocasiones la Sagrada Hostia se llevaba a menudo en un copón cerrado. Un ejemplo temprano de un vaso especial construido para este propósito es un regalo hecho por el arzobispo Robert Courtney, un inglés de nacimiento, (m. 1324), a su catedral de Reims. Él legó con otros ornamentos “una cruz dorada con incrustaciones de piedras preciosas y con un cristal en el centro, en el que se coloca el Cuerpo de Cristo, y es llevado en procesión en la fiesta del Santísimo Sacramento.” En un curioso ejemplo mencionado por Bergner (Handbuchd. Kirch. Kunstaltertümer in Deutschland, 356) un cofre construido en 1205 en Augsburgo para guardar una Hostia milagrosa de la que goteaba sangre, más de un siglo después tenía una abertura en ella para permitir que la Hostia fuese vista. Muy probablemente a veces se adoptó un diseño similar con vasos que eran más estrictamente eucarísticos.

Fuente: ecWiki


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Ric Pérez

Ric es arquitecto de profesión, diseñador y fotógrafo por pasión. Su labor en catoliscopio corresponde desde el inicio de los tiempos. Le gusta la tecnología y gusta de compartir expresiones de fe.

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