¡Qué tal! Espero que estés muy bien. El día de hoy quiero platicarte sobre el los pasos que sigue la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, desde 1978, antes de aprobar cualquier aparición o visión. No, no basta con que alguien diga que lo vio para que la Iglesia lo adopte.

Sinceramente, se me ocurrió la idea de hablar de este tema porque últimamente he escuchado sobre muchas devociones. Y suenan bien pero si la Iglesia no las ha aprobado hay más de una razón.

De hecho, según el Instituto Internacional de Investigación Mariano de la Universidad de Dayton (International Marian Research Institute), ha habido 386 casos de visiones marianas alrededor del mundo en los últimos 120 años. El objetivo de la Iglesia al llevar este proceso es salvaguardar la fe del pueblo y evitar la proliferación de advocaciones que desmientan o contradigan las enseñanzas de la Iglesia.

1. Investigar los hechos

Debe haber alta probabilidad de que sucedió algo milagroso. Entrevistan a los testigos y visitan el lugar donde ocurrió. Deben responder a la pregunta ¿Qué cree la gente sobre lo que sucedió? Si nadie cree que ocurrió un milagro, ahí terminan la investigación.

Tienen que confirmar que los testigos son estables mentalmente, honestos, sinceros, conducta intachable, estar en comunión y ser obedientes a la Iglesia. Los efectos de la visión deben ser positivos espiritualmente. Si algo en efecto sucedió, pero no nos hace más caritativos, no vale la pena promoverlo.

Antes de proseguir al siguiente paso, deben asegurarse que la aparición y mensaje están libres de: cualquier error evidente en los hechos del evento, errores en la doctrina, evidencia de cualquier búsqueda obvia de ganancia monetaria, actos gravemente inmorales cometidos por el sujeto o cualquier trastorno psicológico.

2. Observar las prácticas de los devotos

Si no hay razones obvias para descontinuar la práctica, la iglesia permite la devoción al público para seguir con la investigación. Es algo así como un “Quinquis” a favor de la aparición. ¿Conoces esta palabra? Si no, te cuento que en México la usamos para pedir tiempo mientras jugamos a los atrapados, por ejemplo, porque se nos desataron las cintas de los zapatos o se nos presentó algo imprevisto.

Le dan tiempo precisamente porque no encontraron nada demoníaco o perjudicial para la fe, sin embargo en este punto la iglesia aún no promueve la práctica, sólo permite que se siga su curso natural. En caso de que la devoción desaparezca, no hay razón para seguir con la investigación. Pero, si descubren que promueve efectos espirituales negativos o es causa de problemas para la Iglesia, será prohibida.

Si el fervor a esa práctica aumenta las virtudes de quienes son devotos probablemente hay algo bueno en ella, entonces el Obispo de la diócesis, habiendo consultado a La Conferencia Nacional de Obispos, determina si hay suficiente evidencia para tomar una decisión y dar inicio al último paso.

3. Emitir el Juicio

En este punto el obispo declara la devoción falsa o verdadera. Primero autoriza la veneración local, luego peregrinaciones públicas y por último veneración pública. Pero, oh sorpresa, la Santa Sede puede también participar y aprobarla como veneración litúrgica generalizada. Actualmente contamos con 13 apariciones aprobadas para veneración local y 6 para veneración litúrgica generalizada: Guadalupe, Medalla Milagrosa, La Salette, Lourdes, Knock y Fátima.

Todas estas apariciones han venido para confirmar lo que ya fue revelado por Dios y no a traer nuevos mensajes, ya que como menciona la Constitución Dogmática de la Divina Revelación, Dei Verbum, en el punto #4 “La economía cristiana, por tanto, como alianza nueva y definitiva, nunca cesará, y no hay que esperar ya ninguna revelación pública antes de la gloriosa manifestación de nuestro Señor Jesucristo”.

Dios mismo reveló su mensaje

Ninguna aparición o mensaje que vengan de Dios, querrán revelar algo que no esté en las escrituras o no pueda ser fundamentado en el depósito de la fe. Sin embargo, la Iglesia deja la puerta abierta a la posibilidad de que Dios pueda seguir hablándonos sobrenaturalmente, reiterando y recordándonos lo que ya nos enseñó.

Estos encuentros (la aparición de un ángel o un santo) no abonan al ya completo depósito de fe, la Iglesia no los caracteriza como nuevas revelaciones para los fieles, sino más bien “revelaciones privadas”.

Sea por medio de un amanecer o como vidente, que Dios siempre te encuentre dispuesto a llevar su mensaje por donde vayas. Que nuestra mamita María te acompañe siempre y te encamine a Jesús.

Dios te bendice, paz y bien.

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Adeth Limas

Licenciada en Comunicación y Medios Digitales y se especializa en publicidad. Colaboró como coordinadora en algunos grupos juveniles parroquiales y pertenece a la mesa directiva de Jóvenes Líderes Defensores de la vida A.C.