En esta celebración se da honor a quien honor merece, y se reconoce a Jesús como Señor de todo lo creado, se recuerda que Él tiene el Nombre que esta sobre todo nombre y que ante Él toda rodilla deberá doblarse.
Luchando por el trono
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Al meditar sobre la fiesta de Cristo Rey, me vino rápidamente a la mente esta serie de Juego de tronos, debido a que la trama principal de la serie, es la lucha de diferentes personajes por llegar al anhelado trono, varios líderes y reyes continuamente luchan y hacen lo que esté en su poder por conquistar este trono.
Esta trama es tan similar a nuestra vida espiritual, donde Cristo es uno de los personajes que lucha por conquistar el trono de nuestro corazón, y a pesar de Él ser el Rey del universo, quiere que nosotros cedamos el trono que Él tanto anhela, el trono de nuestro corazón.
Por lo tanto, la primera cuestión que te invito a reflexionar es: ¿Quién o qué está en el Trono?
El trono del Corazón
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Por lo tanto, si mi corazón fuera un gran trono, un majestuoso trono por el que se está librando una lucha, entonces…
¿Quién está ocupando el trono actualmente?
¿Qué es, lo que desde el trono de mi corazón está gobernando mi vida?
¿Qué es, lo que me mueve día con día a tomar las decisiones que tomo?
¿Es Dios quien me mueve a tomar las decisiones de mi vida?
O ¿Es el egoísmo, el placer, El materialismo, la comodidad o incluso Yo mismo quien elige?
No es sencillo decir que Dios es el que reina y gobierna mi vida, y al recordar las palabras del Padre Nuestro “Venga a nosotros tu reino”, estamos aceptando y deseando que Dios reine en nuestra vida y en nuestras decisiones.
Pero esto… ¿Será realidad en nuestra vidas?
El Verdadero Rey
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El verdadero Rey debe ser Jesús, Él con su buena nueva debe ser Él que desde el trono de nuestro corazón gobierne nuestras decisiones, nuestros actos, nuestras palabras y pensamientos.
Por ejemplo, si tengo rencor contra alguien, es posible que este dejando que el orgullo me gobierne, pero Jesús me dice perdona hasta 70 veces 7, y así sea Cristo quien reine en mi vida.
Al tener que corregir a algún compañero o amigo porque está cayendo en algo malo, sería más fácil que me gobernara la comodidad de no hacer nada, pero Jesús me dice que lo corrija de una forma fraterna para que sea Cristo quien reine en mi vida.
Al tener la tentación de ver contenidos inapropiados en internet, es más fácil dejarme gobernar por la lujuria, en cambio Jesús me pide que tenga dominio de mí mismo y que viva la castidad, para que sea Cristo quien reine en mi vida.
Al estar conversando con un grupo de personas, es posible que pueda hablar mal de alguien y juzgarlo dejándome gobernar por el chisme y la crítica, en cambio Jesús me invita a No juzgar sino comprenderlo y ver lo que bueno en las personas, para que sea Cristo quien gobierne mi vida.
Por lo tanto te invito a que juntos podamos irle cediendo el trono de nuestro corazón a quien en verdad se lo merece, a ese Rey de Reyes y Señor de Señores que no defrauda, para que al terminar este año litúrgico podamos gritar con el corazón alegre…
¡Viva Cristo Rey!
Porque realmente Cristo reina en nuestras vidas.
