La era que estamos viviendo, no se trata de ser la era que nos tocó vivir, si no la era que hemos decidido vivir. ¿Cuántas veces no hemos escuchado decir que cada vez las cosas están peor? Pudiéramos decir que es una frase común, pero ¿Cuántas de esas personas están comprometidos a buscar un cambio?
La ceguera es la incapacidad de poder ver algo que todos ven, ¿Qué pasa cuando vemos pero decidimos aparentar no ver? Probablemente hayas escuchado la frase: no hay peor ciego que el que no quiere ver. Vemos constantemente un mundo lleno caos, pero no vemos el caos que hay en nuestro corazón, vemos que hay necesidades en diferentes partes del mundo, pero las necesidades de nuestra ciudad, nuestro hogar y familia pasan desapercibidas.
Esto me recuerda a la parábola del buen samaritano (Lc 10; 25-37), quien debiera haber ayudado al hombre que fue asaltado y golpeado, pero por tener que hacer sus deberes no cumplió con el deber de ayudar al más pequeño de los hijos de Dios, y quien menos se imaginarían que ayudaría, no sólo lo atendió, sino que lo reconoció y lo curó en la medida que pudo y cuando ya no pudo dar, se encargó de dejarlo con quien sí pudiera darle lo que necesita para sobrevivir.

Muchos hombres quieren salvar el mundo, pero nadie quiere ayudar a su mamá a lavar los trastes. ¿En qué momento al congruencia se pierde siendo un servidor?

Efectivamente nadie es profeta en su tierra y cuesta llevar el amor y el evangelio en nuestro hogar, a nuestros amigos o allegados, pero eso no significa que no debamos hacer presente el Reino de Dios en todo momento ¿Acaso Jesús dejaba de llevar el evangelio cuando regresaba a casa? Si Él no lo hizo, ¿Por qué tendría que ser diferente con nosotros? Seamos samaritanos dispuestos a darlo todo por todos en todos, ya que si se sirve a todos, capaz y una de esas personas es Jesús (Mt 25; 40).

Se acercan las fiestas decembrinas, y hay que motivarnos no sólo a callar nuestra ansiedad por ver sufrir al prójimo, eso es altruismo más no caridad, la caridad es dar y ayudar como lo haría Dios, bien se sabe que lo que se hizo al más pequeño de los hijos de Dios, se lo hicieron a él mismo, pero poco se sabe que quién recibe esa misericordia ve a Dios y no a un hombre cumpliendo así el encuentro perfecto de Dios y el hombre motivado por un solo aspecto, el amor.

Quita la venda de tus ojos y empieza por lo más próximo a ti, será como una ola y poco a poco, si eres perseverante notarás un cambio grande. El equipo de Catoliscopio ora por ti y porque logres deshacerte de esa venda o ayudes algún ciego a quitarla.


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Davidtarin

David es psicólogo, le gusta gusta bailar e ir al cine, pero sobretodo es fan de Dragon Ball. Ser misionero es esencial en su vida, le gusta estar con la gente y poder aportar y compartir lo que Dios le ha regalado. siente que el sentido de su vida esta en ayudar a otros a encontrar el sentido de su vida, encontrar a Cristo en los ojos del prójimo es su misión por lo que le encanta conocer y platicar con la gente.

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