La Música y Dios
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Dios es Amor, y el Amor es todo aquello que mueve al mundo. Dios es el Amor que sientes por tu vida, por lo que estás viviendo en éste momento, por ser quien eres, auténtico y único. Es el Amor también que sientes hacia todo lo que te rodea, tu pareja, tu familia, tu perrito, tu carrera, tu mundo y sus paisajes, tus amigos, ó tus hobbies… Dios es todo lo que te hace sentir pleno y en armonía. Por él eres quien hoy eres, y muchas veces, nuestra alma no encuentra cómo agradecerle a Él lo bendecidos que nos sentimos ante tantas bondades que nos regala. Es aquí donde entra la música.
La canción de tu vida
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Puede ser que escuchaste alguna vez una canción común que te llegó, y que en su melodía ó en su letra encontraste una explicación sobre algo exacto que te estaba pasando a ti. Puede ser también que en algún retiro ó en alguna misa oíste un canto que se conectó con tu alma, y en automático comenzaste a sentir muchas cosas en tu interior. Hay tantas maneras que imagino que te pudieron haber pasado, pero estoy segura que de repente, un día te diste cuenta que ya tenías “tu canción”, tan tuya, como si tú la hubieras escrito, ó hubiese sido imaginada para ti. Y con ella, tu alma se siente en paz. Y la escuchas sin cansarte, y te aprendes la letra, y le sacas un baile, y tantas cosas más… Pero es tuya, y nadie nunca te podrá quitar la sensación que te produce escucharla de nuevo.
Jesús, “el eternamente joven”
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Son claras las Escrituras cuando mencionan en Hebreos 13, 8 que “Cristo Jesús permanece hoy como ayer y por la eternidad”, y que por ese pasaje lo llamó en el 2010 el Papa Benedicto XVI como “el eternamente joven”. Justo por eso, a mí me gusta imaginarme a Jesús en sus eternos 33 años, que aún hoy en día sigue teniendo la misma edad, y que disfruta mucho de ver a sus amigos, dentro de los cuales quisiera incluirme. Lo imagino queriendo hacer planes conmigo y con mi esposo, y lo imagino a Él también hasta en mi carro conmigo, cuando voy manejando y que voy oyendo el radio.
Cuando oí por primera vez la canción Esto es de verdad del grupo Camila inmediatamente mi cabeza pensó en Jesús, y se convirtió en “nuestra canción”. En la profunda intimidad en la que entro con Jesús en el Santísimo, y que estoy platicando con él cara a cara, justo ahí ambos sabemos que esa canción es nuestro propio chiste local, y que nadie pudo antes describir todo lo que yo quería decirle: Señor: “Eres todo lo que pedía, lo que mi alma vacía quería sentir. Eres lo que tanto esperaba, lo que en sueños buscaba y que en Ti descubrí (…) Eres el Amor de mi vida, (…) y cada vez que miro al pasado es que entiendo que a Tu lado, siempre pertenecí. Tú has llegado a encender cada parte de mi alma, cada espacio de mi ser (…) Esto es de verdad, lo puedo sentir. ¡¡Sé que mi lugar es junto a Ti!!” (busca la canción en YouTube si gustas).
Pero ¿Sabes qué? Hasta me imagino al Buen Jesús sonriéndome y bailando conmigo cuando meneo mi cabeza de lado a otro al escucharla. Lo menciona Sofonías 3, 17: “Yavé, tu Dios, saltará de gozo al verte a ti. Por ti danzará y lanzará gritos de alegría como lo haces tú en el día de la Fiesta”.
Medio de santificación
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Por lo tanto, busca santificarte en lo cotidiano, en el día a día. Pon atención a tu alrededor. Dios está en las cosas más insignificantes, en el movimiento de un árbol, en los pajaritos que cantan muy fuerte en éstos días como a las 5:30 de la tarde. Piensa en Él, y bendícele durante todo el día por lo Bueno que es. Haz las cosas que te corresponden bien, y piensa en Él. Prende el radio, y piensa en Él. Ayuda a un necesitado, y piensa en Él. Vas a ver que – sin querer queriendo -, acciones pequeñas pero centradas en Él, te irán abriendo tu espacio bien merecido en el Reino de los Cielos.
