Querido Jesús:
Hoy es un día perfecto para escribirte esta carta, para ser sincera hace mucho que no lo hago y me llena de emoción dedicarte estas palabras. Sabes, encontrarte a diario frente a mí, verte tan sereno, tranquilo, tan dispuesto a escucharme, me invades siempre de alegría, porque en mis agitados días no encuentro un mejor momento que mirarte y es ahí, donde se olvidan las apariencias, donde soy yo misma contigo, donde los miedos desaparecen y pareciera que estando frente a ti soy tan fuerte.
Vaya experiencia la de encontrarte, es hermoso ver como tantos te buscan, ver sus rostros llenos de vida y cada vez que los miro me pregunto ¿Cómo se enamorarían ellos de ti? ¿Cómo te conocerían para no querer volverse a apartar de tu lado? Es grandísima la necesidad de verte, de tomarme el tiempo para escucharte y es que aunque llegue con mil y un propuestas a resolver, al contemplarte estoy sin palabras y ahí estas tú, escuchando cada una de nuestras esperanzas y ahí estas tu acariciándonos el alma. Aunque afuera todo parezca desalentador, tu permaneces y pensar que ahí estas tu dándote el tiempo para la petición más inocente y humilde hasta la necesidad más desconcertante, ahí estas tú.
A veces quisiera saber con mi corto entendimiento como organizas todo el tiempo para regalarnos un cielo lleno de luz por las mañanas, un almuerzo caliente para empezar el día, el abrazo de un buen compañero, las risas y cansancios del vaivén diarios, un atardecer rojizo que nos indica que el día va terminando, la maravilla de la vida, una familia unida, un momento inexplicable, un milagro necesario, el amor interminable…entre tanto que nos das y aun así, ahí estas TÚ, tranquilo, mas no ausente eso NUNCA¡¡
Gracias por tanto, sé que las palabras nunca serán suficientes y que los actos hablaran por si solos, ahora ayúdame entonces a demostrarte lo tanto que te admiro, lo mucho que deseo seguir a tu lado toda mi vida y lo bien que me hace haberte conocido.
Ahora concédeme Señor amarte como tú me amas <3
