Hola querido lector, en esta ocasión te cuento sobre un testimonio de esperanza, de manera que a ti como a mi se nos llene el corazón con las cosas buenas que pasan todos los días en el mundo.

Stefanía Lugo Rojo es una niña venezolana que aún no cumple los 10 años y ya tiene en su vida una historia de lucha. Ella fue diagnosticada desde los dos meses de edad con cirrosis hepática por lo que necesitaba un trasplante de hígado. Como sabes, su país atraviesa una crisis de salud pública, por lo que su vida estaba en riesgo; pues a pesar de que su papá seria el donante, no contaba con los medios para hacer la operación. Una situación como esta, que pudiera ocurrir a cualquiera, es motivo para robarnos la paz y la esperanza, pero no a Stefania. Ella continuó soñando con ser actriz, periodista, maestra y youtuber, y luchó por estos sueños. De hecho, éstos fueron un medio para conseguir su objetivo, pues cuenta con un canal desde donde pidió ayuda a las personas.

Fotografía: CNN

Después de años buscando y pidiendo, su mamá escuchó en voz de doctor que operó a Stefanía: ¡Lo logramos!, aunque fue un camino largo pudieron ver los frutos.

Esta historia nos deja muchas enseñanzas, te comparto lo que yo pensé al verla.

1. “Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes y dos pescados” Jn 6, 1-15

A veces pasa que nos detenemos en ayudar a alguien porque pensamos que será muy poco y no alcanzará para lograr el objetivo. No estoy hablando sólo de dinero sino de: tiempo, oraciones o amor. La familia de Stefanía no contaba con lo suficiente, tampoco las personas que la ayudaron, pero al compartirlo y ponerlo en las manos de Dios fue suficiente y hasta sobró.

Fotografía: América Digital

2. “Sean como niños” Mt 18, 3

Jesús nos invita a ser como niños, a ver el lado positivo de todo, a perseverar por aquello que queremos sin perder la esperanza y mantener un corazón limpio donde Él pueda habitar e inspirar a otros.

Fotografía: Provadinci

3. “En esto reconocerán todos que son mis discípulos: en que se aman los unos a los otros” Jn 13, 35

Como cristianos se nos habla mucho de amar al prójimo y esto significa también desearle todo el bien con nuestra mente y también con nuestros actos. Todos necesitamos de todos, es así como Dios ha querido que sea. Imagina si todas las personas que ayudaron a Stefanía no la hubieran considerado su prójimo, su más cercana, aunque vivieran a kilómetros de distancia y no la conocían en persona, este milagro de vida tal vez no se hubiera alcanzado, recodemos que es Dios quien habla a través de nosotros.

Fotografía: Provadinci

Por último, te invito a vivir como un buen samaritano en el día a día. Dar amor, tiempo, esfuerzo y en medida de tus posibilidades bienes materiales para el bien de otros. El Papa Francisco una vez mencionó que la esperanza no es un sentimiento sino una persona: JESÚS y nosotros somos portadores de esta esperanza


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Dinorah Hernández
Ha experimentado la presencia de Dios en su vida desde muy pequeñita, El da sentido a todo lo que hace, tiene una familia grande a la que ama mucho, y esta familia creció aún más cuando encontró su vocación en el matrimonio, Dios puso un gran hombre su vida. Es educadora por profesión, le encanta trabajar con niños, encuentra en ellos una forma de servir, le gusta leer, dibujar y pintar. Pertenezco a un grupo de matrimonios jóvenes y proclama la palabra en misa.

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