En la actualidad se debate mucho acerca de la defensa de la vida.
En nuestra Iglesia Católica somos Pro-Vida, ya que defendemos y promovemos la vida desde su concepción, hasta su término natural, pero ¿Que significa ser Pro-Vida realmente en la práctica?
Quiero compartirte hermano que ser pro-vida no se limita sólo a estar en contra del aborto y la Eutanasia, ¡Claro que esto es fundamental!, pero va mucho más allá que sólo eso!.
LA DIGNIDAD HUMANA
Toda la doctrina Social de la Iglesia, tiene como base la Dignidad Humana, recordándonos que Dios hizo al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza, que ellos fueron la forma en que Dios coronaba toda la creación, y como nos relata el Génesis, “Vio Dios que era muy bueno”.
La dignidad humana es un pilar en las enseñanzas de la Iglesia, por lo tanto un católico comprometido con la doctrina católica, se preocupa enormemente por la dignidad de la vida humana en todos los momentos de la vida humana, desde que se está gestando, cuando nace, cuando se encuentra en la niñez, en la adolescencia, en la juventud, en la edad adulta y en la ancianidad también, incluso la iglesia se preocupa por el alma que trasciende a la eternidad.
La dignidad humana nos dice que toda vida es sagrada, y se le debe tratar conforme a la altísima dignidad que tiene, defender esa vida, promoverla y llevarla a su plena realización.
SALGAMOS A DEFENDER TODAS LAS VIDAS
En esta época que nos toca vivir, especialmente la vida de los bebés por nacer, está siendo gravemente amenazada, por lo que es indispensable que alcemos la voz por los que no pueden defenderse de este terrible asesinato, pero la dignidad de la persona es amenazada de muchas otras formas contra las cuales también debemos alzar la voz y luchar por acabar con ellas.
Te comparto que defender y promover la vida humana va desde alzar la voz contra el aborto, como también alzar la voz contra los salarios miserables e injustos de los trabajadores, que debemos defender a los bebitos por nacer y a los pobres que mueren de hambre en nuestras ciudades, que tenemos que hacerle frente a la indiferencia que nos impide ver a un ser humano en un feto de 14 semanas, como a la indiferencia de no ver a un ser humano cuando vemos a un indigente o a un indígena en las calles de nuestra ciudad, es la misma vida humana que está peligrando frente a nuestros ojos.
Es la misma vida humana que se echa al olvido cuando a nuestros ancianos los abandonamos, cuando a las personas enfermas las despreciamos, cuando a las personas con capacidades diferente las discriminamos, cuando los pobres se mueren de hambre, cuando a una mujer se le maltrata, cuando a un niño se le explota.
En nuestros días la vida es atacada de muchas formas.
una persona que dice ser ProVida la defiende en todas las trincheras posibles, desde el vientre de la madre y pasando por todas las posibles amenazas que pudiera tener.
Ahora quizá tenemos que ir en contra de la corriente del mundo, quizá tenemos que sonar revolucionarios y rebelarnos, tenemos que aguantar adjetivos como “retrógrada” e “ignorante” pero nuestra voz aun así debe resonar en nuestra sociedad, porque cuando se pregunte donde estuvieron los católicos a la hora de defender la vida y promoverla, ahí en ese momento, aunque cansados por la batalla pero con la frente en alto, tu y yo podremos alzar con humildad y honestidad nuestra mano si y sólo si, verdaderamente dimos la cara por defender la vida.
Para terminar te propongo un reto
Para poder hacer visible la dignidad humana con aquellos que a veces el mundo desprecia, te reto a preguntarles su nombre y ayudarlos al menos deseándoles un buen día con una sonrisa.
Porque al llamarlos por su nombre, es empezar a tratarlos como personas, ya no es un pobre, una indita o un viejito, ahora es Rafael, Lupita y Jaime, y son personas que valen tanto que Jesús dio su vida por ellos, ¿por qué no habríamos de dar también nosotros nuestra vida por ellos?.
Dios te bendiga.