Hablar sobre la muerte siempre es despertar sentimientos y sensaciones diferentes dependiendo de cómo este tema esté tocando nuestro corazón, ya sea porque tenemos un ser querido enfermo o en agonía, hayamos perdido a un ser amado últimamente o bien hemos tenido poca experiencia sobre este asunto.

En esta ocasión me gustaría compartirte sobre lo que es el Duelo desde mi profesión como psicólogo ligado a mi testimonio por la pérdida más reciente que he tenido y a su vez algo por lo que todavía sigo agradeciendo que es la vida y muerte de mi querido abuelito Humberto Díaz.

 

Primera Etapa

Primero que nada tenemos que entender que el significado de la muerte puede variar mucho en cada cultura, religión y la experiencia personal de vida, todo esto termina siendo el pincel que le da un retoque a nuestra definición de lo que es la muerte. Para la Iglesia Católica, la muerte tiene un significado maravilloso, y es el significado de la ESPERANZA, la muerte cambió de tono hace dos mil años cuando Jesús venció a la muerte y ¿qué sentido tiene esto? Gozar del reino del que nos enseñó a través de las parábolas como la del Hijo Pródigo (Lc 15, 11-32).

Me gustaría mostrarte los pasos que se viven en una pérdida significativa y cómo lo pude vivir desde la fe:

-Recuerdo que me encontraba trabajando cuando recibí una llamada de mi padre, me dijo que mi abuelito al parecer ya había fallecido, recuerdo que fui recogiendo mis cosas y sólo avise a mi jefa que ya había fallecido mi abuelo, aunque me sentía confundido si era real o no, esta etapa se llama Negación, por más que uno esté preparado siempre hay una parte que niega el suceso de lo ocurrido. Posteriormente mi hermano me marcó y fue más claro en el mensaje o tal vez yo fui más claro al escuchar, comprendí y me dirigí a la casa de mis abuelitos, recuerdo que el camino se me hizo más largo que de costumbre pero sólo una palabra llena de lágrimas salía de mi boca y era -GRACIAS. Mi abuelito había estado batallando durante casi todo un año en el cual casi ningún día lograba caminar, lo cargaba e incluso en varias ocasiones ayudé a bañarlo, ponerle pañal o alimentarlo; en ocasiones me tocó verlo desanimado y sin ganas de vivir, mientras que en otras muchas lleno de alegría, cariñoso, con fuerza para estar unos minutos de pie y ver el Box.

La segunda etapa es la Ira

Aunque no he llegado a vivirla, puede que me la haya salteado o aparezca más adelante, esta etapa se caracteriza por un enojo hacia la persona que falleció, otro ser querido o incluso a Dios. Este sentimiento de ira no es malo, en ocasiones es necesario ya que se busca la forma en que se pueda descargar el sentimiento de forma enérgica por la frustración que se está viviendo.

El tercer paso es la negociación

Consiste en ver la posibilidad de hacerse sentir que toda esta situación no pasó, esta etapa suele estar ligada a la superstición fantasía, puede durar unos instantes o un poco más. Recuerdo que veía a mi abuelito en el ataúd y en ocasiones pensaba que sólo estaba dormido y despertaría en cualquier momento, pero sabía en mi corazón que esto no era posible, pero no dejaba de creerlo.

El cuarto paso es la tristeza

Esta etapa suele ser la más larga y dolorosa, porque se experimenta el vacío de esa persona querida, y en ocasiones se puede entrar una crisis existencial al no poder imaginar un mundo sin esa persona tan especial. Aunque la mayor parte del tiempo me encuentro sonriente, no niego que he tenido momentos en que me llega la tristeza y lloro, o bromeó a su estilo y recuerdo sus historias, casi todos los días lo recuerdo, hasta al decir mi segundo nombre “Humberto”, como él se llamaba.

El quinto y último es la Aceptación y/o Aprendizaje

Esta etapa se caracteriza por tener la capacidad de aceptar lo sucedido y con ello construir un camino hacia la vida, no se deja de extrañar, pero, aunque se extraña ya no duele. Las enseñanzas de esa persona se refuerzan y toman sentido en nuestra vida; creo que pudiera escribir muchas hojas de todo lo que me enseñó mi abuelito, pero te comparto en pocas palabras que me enseñó a amar a todos, a ver a todos como unos consentidos, a dar bendiciones y oraciones sinceras en todo momento, a echarle sal a toda la comida (XD), a ser una persona de fe, aunque hayas dudado en el pasado.

¿Estos pasos son la única forma de vivir un duelo?

NO, depende de tu corazón, si confías y miras a Dios en todo momento, la paz no se va, el día en que falleció mi abuelito en la mañana me mandaron el evangelio del día y aunque siendo sinceros no la recuerdo que decía, recuerdo haber sentido una paz increíble, quien diría, Jesús me había avisado lo que pasaría. Porque enserio la carga y angustia desapareció de forma instantánea. De verdad que la fe, el apoyo de mi familia y amigos en Cristo, fue un punto importante para agradecer y poder recostarme en el hombro de mis seres queridos por mi bendita debilidad.

Pude comprender que Dios me fue preparando para este paso, pero mis ojos aún no estaban del todo abiertos, si así fue para preparar para la muerte, ¿qué no mostrará para prepararme para la vida y no se diga para felicidad? Estoy seguro de que, aunque tengas una pena fuerte en tu corazón, recordar con alegría e imaginar el abrazo y cariño de esa persona tan querida ayudara a sanar el corazón.


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Davidtarin

David es psicólogo, le gusta gusta bailar e ir al cine, pero sobretodo es fan de Dragon Ball. Ser misionero es esencial en su vida, le gusta estar con la gente y poder aportar y compartir lo que Dios le ha regalado. siente que el sentido de su vida esta en ayudar a otros a encontrar el sentido de su vida, encontrar a Cristo en los ojos del prójimo es su misión por lo que le encanta conocer y platicar con la gente.

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