Hoy celebramos el cumpleaños de la Iglesia Católica, hace más de 2000 años el Espíritu Santo se derramó sobre los apóstoles para que llevaran el Evangelio a todos los rincones de la Tierra. Los cambios en ocasiones son difíciles de llevar, pero a la larga son buenos y necesarios, ejemplo de ello es Jesús cuando se despide de quienes ama, para establecerse por completo en el mundo a través del Espíritu Santo, que es el reflejo del amor del Padre y el Hijo.

Toda creación de Dios nace con un propósito y la iglesia nace con algunos en específico: proteger, alimentar, educar, sanar y emprender.

Cuando el Espíritu Santo se derrama en las personas, automáticamente se abre un camino hacia Dios. ¿Te imaginas caminando día a día con Jesús? Esto es gracias al Espíritu Santo, el dador de vida que nos fortalece y nos protege a la vez para poder vivir en santidad.

¿Cómo saber cuándo el ES esta en mí?

Cuando el ES esta en ti, es fácil darse cuenta porque tu corazón arde por quererlo anunciar, la sabiduría que sale de tu boca no la habías experimentado e incluso actúas de una manera que no habías imaginado cuidando y protegiendo como Jesús mismo lo hubiera hecho; por eso Jesús nos dice, les conviene que me vaya (Jn 16; 7) ya que no dejaba de imaginar todas las grandezas que haría el ES sobre nosotros los bautizados.

Si bien en el bautismo recibimos gracias y una misión específica, es en el sacramento de la confirmación donde todos recibimos al Espíritu Santo y nos son dados siete magníficos dones que te explico a continuación:

Temor de Dios. No es temerle a Dios como tal, sino temer ofenderlo con nuestras acciones.

Piedad. Un don con el que sabemos aceptar la voluntad de Dios, esperando su actuar en nuestras vidas buscando aplicar siempre el: “What will Jesus do? (¿Qué haría Jesús?).

Consejo. El don de saber discernir los caminos y las opciones, pero no sólo para lo propio sino para ayudar a los demás también.

Entendimiento. Es el don que nos ilumina y nos permite aceptar aquellos misterios divinos que no podemos explicar.

Ciencia. Por medio de este don Dios nos revela su plan sobre nosotros, no es una ciencia humana, no es comprensible por lo humano, ni por fórmulas, sino por inspiración divina.

Sabiduría. Para que sepamos actuar de la mejor formar en cualquier situación. Entender lo que favorece y lo que perjudica la voluntad de Dios en nuestras vidas.

Fortaleza. Para tener el impulso necesario y continuar dando todo el esfuerzo al estar atravesando por alguna situación difícil.

¿Estás tan asombrado como yo? La verdad es que es un gran regalo, esto que Dios nos ha dado, es magnífico que no tiene fecha de caducidad, y miles de personas alrededor del mundo siguen confirmándose y el Espíritu Santo manifestándose.

Si tu aún no te confirmas tienes oportunidad para prepararte en espera de esta gran dicha y si ya lo estás entonces con confianza en cada uno de tus proyectos, problemas, alegrías, oraciones, invoca al Espíritu Santo y déjate guiar por Él, que está ansioso esperando posarse sobre ti, y como con los apóstoles llevarte a predicar y que todos, sin importar su situación sientan el fuego de tu corazón y hagas arder el suyo también.

Invoquemos juntos al Espíritu Santo: “Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor, envía Señor tu Espíritu y todo será creado y se renovará la faz de la tierra. Así sea.”

Dios te bendice hermanito lector

 

Con cariño: Adeth Limas y David Tarín, te mandamos un fuerte abrazo.


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Davidtarin

David es psicólogo, le gusta gusta bailar e ir al cine, pero sobretodo es fan de Dragon Ball. Ser misionero es esencial en su vida, le gusta estar con la gente y poder aportar y compartir lo que Dios le ha regalado. siente que el sentido de su vida esta en ayudar a otros a encontrar el sentido de su vida, encontrar a Cristo en los ojos del prójimo es su misión por lo que le encanta conocer y platicar con la gente.

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