Lo sé, lo sé, no suena nada atractivo dejar las redes sociales. Cerca del 53% de la población mundial contamos con alguna red social y seguramente hay muchas razones positivas para conservarlas. Yo soy de la generación de los 90’s, a los que hoy en día nos llaman millenials. Recuerdo que me regalaron mi primer celular cuando estaba en primer año de secundaria, era un Sony Ericcson y en verdad era lo máximo. Te debo confesar que lo más divertido era que la pantalla era azul, el tono de llamadas y que podía mandar mensajes.
Así mientras yo crecía, los celulares fueron evolucionando, aparece el Internet y con ello contenido. Antes no podías estar “conectado” y hacer llamadas a la vez, así que sólo podías estar con permiso de tus papás. Tuve cuenta de myspace, fotolog, metroflog y de cuando llegó Facebook se convirtió en mi favorita, ya que tenía todo lo que había en las tres anteriores juntas.
Desafortunadamente creo que nos hemos encerrado en este mundo tecnológico y nos estamos perdiendo de muchas cosas del mundo real. Me sorprende cómo los niños son capaces de manejar la tecnología y cómo dependen de ello tanto ellos como los padres para mantenerlos entretenidos. Digo esto sin afán de juzgar, sino con el fin de contemplar lo fácil que nos atrapa. En mi momento decían que era la tele, hoy es algo nuevo. Y de acuerdo con investigaciones, el tiempo frente a las pantallas es una adicción.
Sin embargo, creo que la capacidad de razonamiento del ser humano, da para mucho más. Sé que somos capaces de equilibrarlo, de utilizarlo para lo mejor, de tener momentos de ocio también, pero planeados, pensados. Por eso hoy quiero compartirte 10 razones para dejar las redes sociales o bien dominarlas.
1. Para liberarte.
Las actividades diarias consumen gran parte de nuestro día, y generalmente utilizamos el tiempo libre para estar en las redes sociales. Realmente sería liberador utilizar ese tiempo para nosotros mismos, y no esclavizarnos en una pantalla. Le estamos agregando algo más al día, en lugar de restarle y equilibrar esto es realmente difícil.
Lee el salmo 90 y en oración pídele a Dios que te ayude a equilibrar tu tiempo, que te de sabiduría para darle el tiempo adecuado a cada actividad. Enséñanos a contar de tal modo nuestros días que traigamos al corazón sabiduría. Salmo 90, 12.
2. Para que reduzcas la ansiedad.
¿De qué hablas? Yo no sufro de ansiedad. Probablemente no lo has notado, pero de hecho existe algo llamado Fear of Missing Out, FOMO por su siglas en inglés, que significa Miedo a perderse algo. El estar presente online por miedo a no entender los memes nuevos, a que la foto que subimos no tenga suficientes likes o perdernose el live de mi artista favorito, eso es FOMO. Si a esto le sumamos el descontento con la propia vida, entonces se vuelve un caos, muchas veces preferimos ver el Newsfeed con contenido tan padre, viajes, ejercicio, comidas sanas, que dejamos de ver la propia, que seguramente tiene sus detalles, como la de todos.
En Filipenses 4, 11 San Pablo nos invita a contemplar nuestra propia vida y amarla. No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación.
3. Para que pongas en práctica la auto-disciplina.
Uno de los frutos del Espíritu Santo es precisamente la templanza, conocida también como auto-disciplina. En ella podremos encontrar maravillas, ya que no sólo aplica para las redes sociales. Sino para todos los aspectos de nuestra vida. No es necesario dejar las redes sociales si somos capaces de elegir cierto momento para navegar y dejarlo sin ningún problema.
Ora a mamita María, quien se caracterizó por vivir con templanza en todas las situaciones de su vida y ora al Espíritu Santo para que te colme de ella. Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
4. Para que estés presente.
La distracción es un grandísimo enemigo del ser humano. ¿Apoco no te ha pasado que debes terminar un trabajo y terminas viendo las InstaStories cuando en realidad ibas a buscar una investigación? Lo peor es que le damos todo el poder al celular para llamarnos por medio de notificaciones cada que hay algo nuevo. ¡Imagínate! Todo se multiplica. Ahora, tratar de tener una conversación en la vida real con mamá, papá, o incluso nuestros amigos se reduce en gran manera. La gente a tu alredeor importa y mucho, hazles saber eso, con tu atención total.
En tus mandamientos meditaré, consideraré tus caminos. Salmo 119, 15.
5. Para que hagas más.
¡Las redes nos roban el tiempo! Aunque sea una actividad voluntaria al inicio. Le estamos dedicando tanto tiempo a estar online que dejamos de hacer y nos dedicamos a ver. Mira qué padre mi amigo que está recorriendo el país en bicicleta, mira qué padre mi amiga que fue a la graduación de su sobrina, mira qué padre sacerdote evangelizando en redes sociales. Si, nos convertimos en espectadores y sólo eso. ¿Qué estás haciendo por mejorar los problemas que hay en tu entorno? ¿Qué nueva idea estás desarollando? ¿Te digo mis números? Cero, nada, niente.
Hay tantas cosas que podríamos hacer con el tiempo libre, vamos a orar juntos, que Dios nos ayude a encontrarle un mejor propósito a cada día, que lo encontremos a él y lo llevemos a quien lo necesita. Si podemos.
6. Para que ores más, ayudes más.
Siempre que requerimos información, acudimos por respuestas a Google, que es una grandiosa herramienta, pero que nos puede llevar a olvidarnos de quien realmente lo sabe todo, lo puede todo.
Retomemos nuestra vida de oración y de acción, la palabra de Dios se proclama pero también se pone en acción. Muchas veces damos palabras de aliento por medio de las redes y es que es realmente fácil. ¿Qué tal invitar a esa persona en necesidad a un café?
Ponte creativo y haz un horario donde designes tiempo para tu familia, para las redes, para orar, para lo que tu quieras y necesites. Yo lo haré contigo, que también me he hecho esclava de este mundo cibernético. Es una esclavitud tan disfrutable que no nos damos cuenta cuanto dañamos nuestro plan de vida. Cuéntanos cómo te va o si tienes algún tip que nos quieras compartir.
Oro por ti, paz y bien.
