Cuando las personas están desinformadas o mal orientadas pueden tomar decisiones que influyen en su vida de forma poco adecuada y traen al mundo bendiciones sin sentirse preparados, en Chile el debate de la despenalización del aborto toma cada vez más fuerza y las adolescentes y jóvenes se debaten sobre si seguir con su embarazo, o como dicen las personas que promueven el aborto que haya una interrupción al embarazo (muerte al niño) de forma legal en el país.
En medio de este gran ruido y lucha por ambas causas, existe en Chile una gran expresión de arte donde su silencio habla más que mil palabras y su mensaje llega al corazón de quien contempla esta obra de arte; se trata de la imagen de la Virgen del Niño por Nacer, procedente de España e instalada en el Obispado de Villarrica, en el sur de Chile desde el 2015.
La Escultura
Se trata de una estatua de bronce de 1,80 metros, realizada por Elena Pilar, una artista de Jerez. La idea original de esta obra de arte surgió en una peregrinación a Tierra Santa y fue encargada a la escultora española por el Obispo diocesano, Francisco Javier Stegmeier.
La imagen pretende ser en primer lugar una confesión de fe en la Encarnación del Hijo de Dios en las entrañas de María. La estatua de bronce quiere hacer presente así a la Santísima Trinidad: el Padre Creador en la mano que se encuentra en la parte posterior de la figura, que recoge en su palma un niño. El Hijo está en el seno de la María y el Espíritu Santo queda representado sobre el pecho de la Virgen.
También se pretende que esta imagen sea un canto a la maternidad, sobrenaturalizada desde que el Verbo se hizo carne y tuvo una madre humana, y que puedan acudir a ella las mujeres embarazadas a pedir por el hijo que esperan y también aquellas que por diversas razones hubieran sufrido o causado un aborto.
Por último, se quiere también convertir en un nuevo grito en favor de la vida del no nacido en un país en el que se debate la ley de aborto. Monseñor Stegmeier ha destacado por su compromiso público contra esa normativa.
Fuente: Religión en libertad