La pedagogía puede rastrearse hasta los griegos, egipcios, chinos…y un largo etcétera. Y aquél que diga que su importancia en estos tiempos de internet es superflua, lo invitaría a que se lo planteara 2 veces: siempre habrá algún maestro que te pueda guiar de la mejor manera. En este día que es el Día del Maestro en México, no debemos de olvidar a Aquél que es el verdadero guía de nuestra vida, Aquél que una vez bajó, mostrándonos lo que es el verdadero amor y te lo recordamos en estos 4 puntos:

1.- Enseñanza (MUY) viva

El testamento bíblico nos muestra a un Jesús que era muy atrevido: predicaba en el templo, en las plazas, en el monte…y a donde fuera, aunque no hablara. ¿Cómo puede ser esto? Es muy simple, su ejemplo arrasaba y arrasa hasta el día de hoy. ¿En quién más se pudieron haber inspirado tantos santos, tantos mártires? ¿De dónde más puede venir esa enseñanza que nos hace tener un Vicario de Cristo en la tierra que le lava los pies (literalmente) a la gente más necesitada de Dios? Gracias a esas enseñanzas es que la Iglesia conoce a Dios y hasta el día de hoy, sigue en pie: sigue con vida.

2.- Jn 15, 16: ¿acaso estaba Jesús loco?

A pesar de que Jesús no fue un maestro de los que dicen “ustedes ya tienen 100, pero de ustedes depende seguir con ese 100 hasta el final del semestre”, en definitiva fue un maestro en las cuales sus enseñanzas fueron dignas de ser recordadas. Cambió un aspecto fundamental de aquellos tiempos en la enseñanza: Él no fue escogido por sus discípulos como maestro, el Maestro los escogió a ellos. Esto no solo hace patente como Jesús pretendía darle plenitud a la ley (Mt 5, 17) si no como Él no se equivocó. Sabía lo que hacía y a ti, que te ha llamado por tu nombre, sabrá que hacer contigo ya que a fin de cuentas, es El Maestro.

3.-  ¡Qué dicha ser oveja de su rebaño!

Cuando Pedro lo niega y se encuentra con la mirada de Jesús, comienza a llorar desconsoladamente. Después de resucitar Cristo, le habla y le pide de la forma más amable que apaciente a sus ovejas, recordando Pedro, sin lugar a dudas, lo amargo que ha de haber sido el haberlo negado (Juan 21, 15-17). El Buen Pastor es el que se lo está pidiendo. Desde ese momento en el que Él mismo se identifica como tal (Jn 10), le está demostrando a Pedro como debe de ser el mismo como pastor de su rebaño: dando la vida por sus ovejas, llamándolas con amor para que reconozcan su voz y dejarlo todo para ir en busca de aquella que se perdió…así como fue a buscar a Pedro.

4.- El Divino Maestro

A lo largo de mi enseñanza, me he encontrado con maestros que me han dado grandes satisfacciones y orgullo de poder haber sido su alumno…y otros, que simplemente da hasta pena decir que estuve en una clase suya. Si bien por ambas partes se consideraban a sí mismos maestros, había algo que me podía encontrar que los diferenciaba enormemente: su capacidad para ser maestros. No por conocimiento, si no, repito, por ser. Jesús se identifica a sí mismo como maestro (Jn 13, 13) y no lo hace presuntuosamente, sino porque de entre todos, en Él radicaba la enseñanza misma de Dios hacia nosotros, tendiéndonos la mano para guiarnos y no para tropezarnos. ¿Seguro que has aprendido algo de Él?

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Rubén Iracheta

Rubén es miembro del equipo ya hace bastante tiempo y en palabras suyas: "En resumen, cada vez mas cerca de ser Iron Man".

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