Aproximadamente a partir del año 2010 y teniendo muchos años atrás como referencia sobre el tema de la marihuana y la política en California, se legalizó el uso de la misma de forma recreacional y medicinal. Últimamente ha circulado una noticia, desde el principio del año, relacionada con un par de mujeres que residen en Merced, CA y que cultivan marihuana para venderla en forma medicinal.
Hasta ahí, todo bien. El problema reside en que se definen a si mismas como “monjas”. Si, créelo o no, hasta se visten con hábito y todo. “Si la pizza era un vegetable, yo era una monja” ha mencionado para un diario famoso de EUA la “segunda hermana”, llamada Darcy, haciendo un chiste sobre la decisión del congreso de los EU por considerar la pizza un vegetable (no, esto tampoco es juego); cosa curiosa, ya que ellas mismas se llaman hermanas entre si y no se consideran a si mismas ni religiosas ni mucho menos católicas, si no mas bien “no estamos afiliadas a ningún tipo de religión”.
A pesar de que no te lo tenemos que decir, estas monjas NO SON CATÓLICAS ni tienen ninguna relación con la iglesia católica. Todavía mas allá de vender este tipo de medicina, las denominadas “monjas” denominadas “Sisters of the Valley” o “Hermanas del Valle”, las hermanas fuman de esta planta. Para principios de este año, solamente contaban con dos miembros y en proceso de iniciación de una tercera.
Aunque en su origen estuvieron relacionadas con el catolicismo. Ellas se definen como “monjas anárquicas” a la manera de Santa Escolástica, hermana de San Benito de Nurcia (fundador de los monjes benedictinos y de la regla monacal), quien en el siglo VI de nuestra época fue en contra de la tradición patriarcal de la Iglesia Católica y ella misma fundó el primer convento femenino de la historia, Piumarola, inspirado en el modelo de su hermano.
La labor de las Hermanas del Valle es más bien lejana a la institucionalidad, y si se inspira en Santa Escolástica es porque igualmente va en contra de las normas por un propósito noble: llevar alivio a otros, en este caso, bajo la forma de analgésicos a base de marihuana producidos artesanalmente. Las monjas mismas cultivan, cosechan y procesan la planta para elaborar pomadas, tónicos y otros auxiliares terapéuticos.
Han tenido graves problemas por una especie de conflicto con las últimas lineas en las leyes que trataron de controlar el negocio de compra/venta del cannabis en California, específicamente de forma medicinal. Se consideran a si mismas con tendencias espirituales de la new age, ambientalistas y feministas. Como curiosidad, la fundadora ha dicho que ella misma tampoco se veía como monja pero como empezó a utilizar el hábito y las personas se acercaban con ella con confianza, decidió dejárselo.
Es importante conocer de forma palpable y directa la realidad en la que se vive y mas en los tiempos en los que corremos, donde el propio papa Francisco nos ha dicho que no licuemos la fe y mas tomando en cuenta de que, a pesar de nuestros esfuerzos como cristianos católicos comprometidos, muchas personas atacarán a la iglesia con esta noticia y es mejor estar bien informado. Recordemos estar atentos ya que, como dijo un escritor de literatura fantástica (y por cierto, el si era católico) muy famoso “no es oro todo lo que reluce“.
