Jesús está vivo
¿Cómo sería un mundo donde Jesús está vivo? Para los católicos esta pregunta pudiera parecer absurda, ¿pero entonces qué es lo que significa esta pregunta? La Pascua significa: “El paso de Dios”, en el antiguo testamento la pascua judía hacía énfasis en la liberación del pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto por la mano de Dios, y en Jesús se rehace una pascua completa siendo ahora el cordero en sacrificio por los pecados de los hombres.
Dios está siempre presente en nuestra vida
En nuestra actualidad, el paso de Dios está presente de diversas formas, como en los templos, en los sacramentos, en la cultura, en la historia, en la Iglesia, entre otros, y hoy queremos detenernos a reflexionar en dos manifestaciones de un Cristo vivo: la Iglesia y la Eucaristía; Jesús se manifiesta vivo por los miembros de su esposa, la Iglesia, iniciando por los laicos hasta terminar en el Papa, millones de misioneros salen por todo el mundo a llevar su mensaje de esperanza, de verdad, camino y vida a las diversas realidades que hoy tenemos y en respuesta a ello, millones de personas renuevan su fe, su amor y su vida en el encuentro; curiosamente el rostro de los misioneros es olvidado y es cambiado por el de Cristo mismo; por medio de los sacerdotes los milagros hechos por Jesús se distribuyen con misericordia a toda la comunidad siendo ellos los representantes de Dios al llevar los sacramentos a los que tienen sed del Dios vivo, llevando el bautizo, el perdón, la unción y la vocación como medio para vivir el Reino de Dios.
Pero ¿cómo es posible que siga aquí?
Es curioso pensar y racionalmente ilógico creer, que el mismo maestro de los discípulos sea la misma persona que este frente a nosotros cada vez que vamos a misa o nos retiramos al sagrario a orar, es ilógico pensar que la persona que cambió el mundo, este presenté y nos hable y guíe nuestra vida cada vez que escuchamos su palabra en la Biblia y se haga parte de nosotros al comulgar, realmente Jesucristo sigue siendo un signo de contradicción.
¡¡Resucitó!!
El Reino de los cielos se parece a un hombre que siendo Dios se hizo hombre, se entregó con amor extraordinario, siendo este amor su misma condenación, cargando una cruz rumbo al Calvario, caía y se levantaba por amor, era una persona tan amorosa que ese amor era la fuerza necesaria para levantarse y seguir, hasta dar la vida por la humanidad, pero su historia no se acaba ahí, RESUCITÓ, y nos dejó a su paráclito, el Espíritu Santo, el protagonista de la misión para que cuando dos o más se reúnan en su nombre Él se haga presente y siga enseñando cómo vivir con dignidad, cómo sonreír pero sobre todo cómo ser Feliz.
“Jesús se acercó y les habló así: «Me ha sido dada toda autoridad en el Cielo y en la tierra. Vayan, pues, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he encomendado a ustedes. Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin de la historia.»” Mt 28; 18-20
¿Cómo es el mundo de un Jesús vivo? Comparte tus respuestas en los comentarios, pero sobretodo vive tu respuesta. Felices pascuas.
