En la Iglesia, cada 29 de agosto recordamos a Juan el Bautista como un hombre dedicado al anuncio de la Palabra de Dios. Seguro sabes que era un hombre conocido en su tiempo. Incluso algunos habitantes del pueblo de Israel quizá lo identificaban como un gran profeta. Era de una personalidad itinerante, o sea que le gustaba ir de un lugar a otro predicando, y eso también hacía que reuniera muchos seguidores.

La decapitación de Juan puede engrandecer la figura de Cristo

Sabemos por el capítulo sexto del Evangelio según san Marcos (Mc 6, 17-29), que Juan fue decapitado por orden de Herodes Antipas cuando Jesús estaba cerca de iniciar formalmente su ministerio público. En ocasiones, nos quedamos simplemente con la idea de que este fue un hecho injusto y lamentable (pues efectivamente así fue). Sin embargo, hoy quisiera invitarte a que le busquemos un significado más profundo y teológico a este acontecimiento. Verás que así la figura del Bautista adquiere todavía un mayor valor que engrandece la figura de Cristo.

Si has leído el inicio del evangelio de Lucas, seguro sabes que es muy famoso porque en él encontramos episodios muy bellos. La Anunciación del nacimiento de Jesús a María es uno de ellos. Aunque no sé si recuerdes que antes de este episodio ya había ocurrido una “primera anunciación”: la del nacimiento de Juan el Bautista a sus padres, Isabel y Zacarías, un matrimonio de edad avanzada (Lc 1, 5-25). Estos ya son aspectos muy sugerentes ¿No crees? ¡Qué curioso que el nacimiento de Juan se anuncie antes del de Jesús, en un matrimonio de edad avanzada y estéril, cuando inmediatamente después el ángel Gabriel se presenta ante María, una mujer joven, virgen y que incluso puede representar fecundidad!

La Antigua Alianza celebra la Nueva Alianza

Lucas, presentándonos estas escenas, quiere ayudarnos a entender que la triada: Isabel, Zacarías y Juan, representan: la Antigua Alianza de Dios con su pueblo, o lo que hoy llamamos Antiguo Testamento.

Mientras que la triada: María, José, y Jesús, representan la Nueva Alianza; una alianza que es joven y ante la cual lo antiguo siempre se actualiza y se renueva. El ejemplo más claro está en la escena en la que Juan salta de gozo en el vientre de Isabel cuando María la visita ya embarazada de Jesús (Lc 1, 43-45).

Espero haberte podido ayudar a ver la distinción entre Antigua Alianza que queda representada por Juan y la Nueva Alianza por Jesús. Ahora bien, volvamos al tema del martirio de Juan. El que haya sido decapitado tiene un significado muy profundo. Recuerda, que por medio de Juan, Dios ha querido que centremos nuestra mirada en “La Antigua Alianza”. ¿Qué pasa cuando la Antigua Alianza queda sin cabeza? Estarás de acuerdo conmigo en que no tiene como seguir viviendo ¿Verdad? En tu cuerpo y el mío es claro que la cabeza es una parte fundamental. Ahí está el cerebro que guía y coordina todas nuestras actividades corporales. Juan, que representa la antigua alianza o antiguo testamento, ha quedado sin cabeza. Esto nos dice que la Antigua Alianza que se había anunciado por medio de Moisés y los profetas estaba desapareciendo.

Juan el Bautista es de gran significado para nosotros

Por eso, Juan el Bautista es de gran significado para nosotros, pues él como representante de la ley antigua, prepara la Nueva Alianza entre Dios y su pueblo, que se llevó a cabo por medio de Jesucristo. Ahora fíjate lo que dice san Pablo sobre Jesús en Colosenses 1,18: “Él es la cabeza del cuerpo que es la Iglesia”. ¡Maravilloso! Si bien la Antigua Alianza “ha perdido la cabeza” y así ha muerto, la Nueva Alianza consiste en un nuevo ser vivo que tiene como cabeza a Cristo, y a como cuerpo a nosotros: la Iglesia.

Por eso, a pesar de que el martirio de Juan fue injusto, oculta una gran esperanza: la llegada de la Salvación por Jesús. Por eso, esta fecha nos enseña que así como Juan significa esperanza en miras a la Resurrección, la Iglesia debe significar esperanza en miras a la segunda venida de Cristo. ¡Muchas bendiciones!


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Andres Piña

Es un joven que busca ser comprometido con la Iglesia, al ser Dios quien define el sentido de su vida. Tiene estudios en filosofía y teología y disfruta mucho de conocer la realidad y sus grandes misterios. Siente afición por la música, el arte en general y los deportes. Disfruta mucho de compartir la fe con personas de todas las edades, buscando generar un buen ambiente de diálogo. Sostiene que la vida es para disfrutarse y la mejor manera de hacerlo es viviendo la alegría de hacer el bien.

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