Es bastante complicado poder decir todo lo que siento por ti en estas palabras, quiero expresarte todo el agradecimiento que te tengo, pero las veces que como hijo te he fallado me impide hacerlo de manera clara, así que para empezar, quiero pedirte perdón, por esas veces que me has corregido y te he contestado enojado, por las veces que me has prohibido ciertas cosas y te he llamado incomprensiva, por las veces que me tratas de enseñar algo nuevo y me cierro creyendo que ya lo sé todo. Madre, perdón nunca lo he hecho con la intención de hacerte daño, más bien me cuesta entender la gran responsabilidad que tienes sobre mí, esa que has tomado con tanto cuidado, con tanta ternura, con tanto amor.

Me hace un nudo en la garganta, imaginarte lo hermosa que te veías cuando yo estaba en tu vientre, ahí éramos uno solo, conjugados gracias al don que Dios te dio, reíamos, llorábamos, nos enojábamos juntos, podía escuchar todo lo que había en tu corazón, el miedo, los nervios y la alegría que en ti existía, desde el primer momento que estaba dentro de ti, tenia motivos para agradecerte, no era facil darme de comer, batallabas para sentarte, te cansabas pronto y te mareabas pero nunca te quejaste, al contrario lo aceptaste y cuidaste que yo estuviera bien. Me hubiera gustado estar más consciente en aquellos momentos, para experimentar desde adentro todos aquellos sentimientos que rodeaban a tu tierno y grande corazon.

Eres la unica que ha estado a mi lado desde siempre y la unica que lo estara, has sido la mejor acompañante en este trayecto, hoy que te veo, puedo percibir en ti esa fortaleza que en nadie he visto, la seguridad con la que me dices que todo estara bien cuando para mi el mundo se esta cayendo. Aun le sigo preguntando a Dios como es que tienes respuesta para todo, como es que cuando mas triste la estas pasando, te limpias las lagrimas con tus delicadas manos y solo tienes un gesto de amor hacia mi, como es que cuando tengo necesidad haces a un lado tus propios intereses preocupandote mas por los mios, como es que me porto mal agradecido contigo y en ti solo cabe comprension y paciencia, quizas aunque se lo siga preguntando a Dios nunca me va contestar, porque tu eres su misterio mas hermoso.

Madre nunca olvides, que eres la perfecta combinación de fuerza y ternura, que te mereces lo mejor de lo mejor, que eres la musa mas divina que mis ojos han podido ver, que eres por quien trato de ser mejor cada día, que eres mi favorita para dedicar logros, que eres hasta mas de lo que hubiera pedido. Tampoco olvides lo afortunado que soy cuando tus brazos me rodean porque es el único lugar en el que me siento enteramente protegido, esos brazos en los que me podría quedar el resto de mi vida. Para despedirme quiero contarte que he escuchado mucho sobre Jesus y la relación con su madre, y si algo me queda claro es que a mi me falta mucho para parecerme a Jesus pero tú, tú eres el ejemplo mas vivo de Maria. Te Amo Mama!

Por: Fer de la Fuente

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